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Los problemas de la vivienda

Sin metro ni recogida de basuras ni policía ni cartero

Daniel Verdú

Cristina Peira tiene 28 años. Es bióloga. Se compró en diciembre de 2004 un piso en el Ensanche de Vallecas para independizarse. Eligió la promotora Detinsa. Hoy ya puede disponer de él, pero no piensa mudarse hasta que el barrio disponga de los equipamiento y servicios mínimos. "No hay recogida de basuras, cartero, policía o transporte alguno", denuncia. "Yo no tengo coche y hasta que no inauguren el metro o pongan autobuses no podré mudarme".

Las obras de prolongación de la línea 1 que acerca el metro hasta el Ensanche ya están terminadas. De hecho, el nuevo tramo ha servido para probar los nuevos trenes 3.000 que la Comunidad ha empezado a implantar en la red de metro. "Cuando se den más licencias de primera ocupación y empiece a habitarse el barrio, inauguraremos la prolongación de la línea 1", explican fuentes de la consejería de Transportes. Esa fecha, prevén, será alrededor de comienzos del próximo año.

"Están esperando a que se acerquen las elecciones para empezar a inaugurar todo, si no, porque no funciona todavía el metro", protesta Juan, uno de los vecinos que ya puede vivir en su casa y que no lo hace debido a la falta de equipamientos. El metro espera a los vecinos y los vecinos esperan al metro.

Colarse en la propia casa

Cristina escrituró su piso en agosto con un informe favorable del técnico de Urbanismo. "La promotora nos dijo que era suficiente, que no hacía falta esperar a la licencia", recuerda. Pero con la escritura en su poder, tampoco pudo entrar en su nueva casa.

A finales de octubre llegó la licencia y la promotora le dio las llaves. "Pero estuvieron un tiempo sin dejarnos entrar y nos teníamos que colar en nuestro propio piso", recuerda. Los días siguientes, un vigilante de seguridad pedía a todos los propietarios de la promoción el nombre y la escritura para dejarlos entrar. Hoy, aunque no sea para quedarse, ya pueden visitar su casa.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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