_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El Madrid, un Ferrari sin gasolina

El Madrid prosigue con altibajos en sus resultados. Su única continuidad es el fútbol poco atractivo. Cuando gana, con el hambre de éxitos que tiene su afición, todo pasa. Pero, cuando pierde, se producen fuertes críticas de todos porque faltan victorias, buen juego y emociones.

Capello llegó hace tres meses y el estilo de juego todavía no mejora. Si fuera una orquesta, el sonido estaría desafinado. El domingo perdió, como el curso pasado, ante el Celta y el equipo manifestó problemas parecidos a los de los últimos años. Cambian dirigentes, entrenadores... Se fichan jugadores importantes como Cannavaro, Emerson, Diarra, Van Nistelrooy o Reyes... Pero la calidad del juego es siempre la misma, y también los éxitos.

En general, Capello calló siempre las críticas cuando ganaba, pero el estilo de juego de sus equipos casi nunca enamoró. Al final, quizá, también en el Madrid puede ganar, pero la afición debe olvidarse de ver un juego bonito, armonioso, alegre y divertido. Hay que decir que también en los últimos años el juego era bastante aburrido y feo. Creo que Capello tendrá bastantes dificultades para dar al grupo alma, sentido común, espíritu de equipo, motivación fuerte y gran ilusión, y recibir una disponibilidad, humildad y voluntad de gran nivel. No tener estas cosas sería como tener un Ferrari sin gasolina.

El fútbol es un deporte de equipo y, si no existe esta cultura y mentalidad, se pueden tener los mejores jugadores del mundo, pero el equipo ganará pocos partidos y cautivará menos. Si resolviera los problemas psicológicos, después podría intentar formar un verdadero equipo, que se mueva unido en la fase de defensa, un bloque con jugadores bien posicionados, rico de apoyos, el pressing que ha de tener como referencia al rival, pero también al espacio, al balón y a los compañeros. Y que sepa elegir cuándo marcar al hombre o cubrir el espacio, y no sólo apoyarse en jugadores que actúan de forma individual confiando en su habilidad, fuerza y experiencia. En la fase de ataque, dar con un estilo de juego, una idea colectiva, armonía y tiempo de juego. Ahora se confía casi sólo en el talento y la intuición del jugador, y el juego sale lento, con pocas ideas y sin casta.

Siempre he pensado que el fútbol es un juego colectivo con momentos individuales, no al revés. Capello tiene una gran experiencia y sabe que al Madrid le falta hoy organización, capacidad táctica y colaboración. Por tanto, ha colocado dos tapones, Diarra y Emerson, que deben hacer y dar lo que el equipo no puede dar colectivamente. Son un muro delante de la defensa, hacen un trabajo sucio, deben robar balones, ayudar a la defensa y dar la posibilidad a los delanteros de regresar con tranquilidad. En la fase de ataque, Capello confía en la experiencia y el talento de sus hombres, que, en general, se mueven sin una idea colectiva y clara.

Ronaldo podría ser fenomenal para Capello porque es un talento extraordinario, pero debe entrenarse y empeñarse al máximo de sus posibilidades para no romper aún más un equilibrio en el vestuario ya bastante complicado. Capello tiene un cargo difícil, pero este Madrid tiene una calidad técnica impresionante. Importante será jugar colectivamente un fútbol mejor para no traicionar la historia de este fenomenal club, recordando que construir un equipo significa mejorar la individualidad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_