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Reportaje:Motociclismo | La cantera femenina pide paso

"¿Por qué un tío tiene que ir más rápido que yo?"

Natalia, de 17 años, pilota una moto de 600cc y reclama la igualdad de las mujeres en un mundo "machista"

"¿Quieres ver cómo suena?". La mirada de Natalia Alcover García (Massalfassar, Valencia, 17 años) es puro entusiasmo cuando escucha el sonido de su Yamaha R6 de este año, de 600cc y 180 kilos de peso. Ella, de 55 kilos y 1,72 de estatura, tiene el esternón amoratado por las vibraciones del lomo de la moto cuando se agacha en posición aerodinámica. También el tobillo derecho, después de una caída en el circuito de Cheste de la que salió ilesa de milagro. Nada, sin embargo, frena su pasión por el motociclismo. Pilota su Yamaha en el Campeonato de Cataluña y Valencia de Supersport, Copa Yamaha, donde compite con un nutrido grupo de chicos. No hay división por sexos porque hay muy pocas mujeres. "No tenemos ninguna desventaja con los chicos. Supero a muchos de ellos. ¿Por qué tiene que ir más rápido un tío que yo?", afirma Natalia, que acaba extenuada cada prueba. "Lo peor es el momento de las frenadas en las curvas, cuando pasas de 200 kilómetros por hora a 60. Tienes que hacer mucha fuerza. Y también al tumbar la moto, porque después debes enderezarla", cuenta.

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En los circuitos causa expectación ver a una chica tan joven en una cilindrada tan grande. Con el casco puesto, sólo advierten que se trata de una mujer por el nombre estampado en la espalda del mono: Natalia. Y por el pelo largo. "Ella es muy femenina", apunta su madre, Amelia. Algunos chicos, los más machitos, no soportan que les adelante una chica. Como aquél que la embistió por detrás con una moto de 1000cc en el circuito de Cheste. "Me embistió a 200 kilómetros por hora, dimos vueltas por el aire, pero no me hice nada más que el pie amoratado. Es un mundo machista", dice Natalia. Después llegan las bromas en los boxes. "Se cachondean entre ellos", añade.

Claro que no son todo desventajas. En ocasiones, los mecánicos de los circuitos se vuelcan para que ella tenga la mejor máquina posible. A menudo le preguntan cuántos años lleva corriendo. Hace apenas un año, nunca había subido en una moto. Lo más aproximado era una lancha motora. Pero sí sabía desde niña que le gustaba la velocidad. "Lo que siento no se puede describir. Antes de subir tengo el estómago revuelto, después se me pasa. De siempre. Y en la moto no tienes límites para correr". De la nada pasó a una 125 cc, una Aprilia. Se la compró su padre, Fernando, con la condición de que sólo la usara en el circuito. La Aprilia se le quedó pequeña. Veía que le adelantaban. Dio cuatro vueltas al circuito de Montmeló y quemó la moto: iba demasiado fuerte. A fondo. Aspira a conducir muy fino, como su ídolo, Valentino Rossi. Eso que se llama trazar. La trayectoria por donde entrar en las curvas y tumbarse. "Cuanto más te descuelgas de la moto, mejor", advierte. También admira a Dani Pedrosa. Su frialdad e inteligencia.

"Tiene buena pinta, pero acaba de empezar", dice de ella Salvador Gascón, presidente de la federación valenciana de motoclismo. "Es un deporte muy duro y hay pocas mujeres", agrega Gascón. Natalia marcó 2 minutos y 3 segundos en la primera carrera en la que participó. Pasó el corte del mínimo de Montmeló, 2,08, con una moto de serie. Salió la última porque no había preparado la salida. Al final quedaron siete por detrás. "Nos hemos visto metidos en una muy gorda", afirma su padre, encargado en una constructora. "Ha surgido todo sin querer". En Cheste bajó de dos minutos. Marcó 1m57sg y fue la señal de que iba en serio. El gasto se dispara. Tres pares de neumáticos, a 315 euros cada par: uno para los entrenamientos, otro para la clasificación y el tercero para la competición. Gasolina: 80 litros. Y unos 200 euros por correr en el circuito. Total, unos 2.000 euros cada fin de semana. La Yamaha R6 la compró el 25 noviembre del año pasado: otros 10.000 euros. "Me han hablado muy bien de Natalia", dice el director de Deportes de la Generalitat, David Serra. "En cuanto a las subvenciones, no entra en ninguna de las categorías. Por una parte están los niños que comienzan y después los chicos que son buenos y son becados para el Campeonato de España", añade Serra. "Debería buscarse algún patrocinador", concluye Gascón.

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