Beneficios históricos

El Ibex 35 continúa conquistando nuevos máximos históricos con el apoyo de los sustanciosos beneficios empresariales que se han publicado hasta ahora. El pasado viernes cerró en 13.725,80 puntos en su séptima semana consecutiva de ganancias y en el conjunto del año ya sube el 27,87%.

Los beneficios de algunas de las grandes empresas españolas en el tercer trimestre han tirado del mercado y han llevado al Ibex 35 a marcar nuevos máximos históricos. El pasado viernes cerró en 13.725,80 puntos y suma ya siete semanas consecutivas de ganancias. En esta última ha subido el 1,24% y en el conjunto del ejercicio acumula un avance del 27,87%.

La cuantía de los beneficios ha tenido un efecto inmediato sobre el mercado, al forzar la puesta en valor de esas cifras y el reconocimiento de unas políticas empresariales que empiezan a dar con creces los frutos anunciados. Varios departamentos de análisis han revisado al alza el precio objetivo de unos cuantos valores de primera fila, tanto por las cifras conocidos como por la proyección que se espera para el futuro.

Los inversores no han hecho más que confiar en esos informes y apuntarse a la posibilidad de que se traduzcan, en un futuro cercano, en una mejora de los dividendos, algo que algunas sociedades ya se han apresurado a anunciar.

El volumen negociado en el Mercado Continuo ha descendido ligeramente respecto de la semana anterior, con una media diaria de 5.361,59 millones de euros, aunque las operaciones "abiertas" han crecido hasta alcanzar los 3.669,09 millones de euros, 53 millones diarios más que la semana precedente. La única objeción que algunos observadores ponen a estas cifras es la alta acumulación en unos pocos valores, aunque son precisamente éstos los que han publicado los mejores resultados o van a pagar dividendos en breve.

El avance de la Bolsa española se ha producido en buena parte en solitario, aunque también la Bolsa de Nueva York ha conseguido alcanzar máximos históricos en los últimos días. Los inversores europeos han seguido con atención la evolución de aquel mercado, sobre todo porque los indicadores económicos apuntan hacia una situación conflictiva.

El último dato conocido, el avance del PIB del tercer trimestre en Estados Unidos, consiguió frenar la subida de la Bolsa, que apostaba porque la ralentización económica anulara cualquier posibilidad de nuevas subidas de los tipos de interés. Con lo que no contaban los inversores era con que el PIB creciera a un ritmo del 1,6%, frente al 2,6% del segundo trimestre, lo que indica un enfriamiento excesivo.

Una preocupación adicional para los inversores europeos estuvo en el crecimiento del 8,5% de la masa monetaria en septiembre, un dato que puede justificar una nueva subida de los tipos de interés.