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Una mujer sufre quemaduras muy graves tras un ataque en Francia

47 detenidos en el aniversario de la revuelta de las barriadas

Dos policías ante el autobús incendiado anoche en Marsella
Dos policías ante el autobús incendiado anoche en MarsellaREUTERS

Dos autobuses quemados, 47 detenidos y seis policías heridos leves era el estadillo de la noche del viernes al sábado, en la que se conmemoraba el aniversario del incidente ocurrido en Clichy-sous-Bois, al norte de París, que desató la rebelión de las barriadas. "La noche ha sido relativamente tranquila", decían ayer fuentes del Ministerio del Interior francés. Sin embargo, el incidente más grave tuvo lugar anoche en Marsella, donde una mujer sufrió quemaduras muy graves después de que tres encapuchados quemasen un autobús.

Los 4.000 agentes desplegados por el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, con orden de no provocar ni el más mínimo incidente, hicieron bien su trabajo; pero el clima de tensión acabó por cobrarse un herido grave: una mujer de 26 años, con quemaduras en el 60% de su cuerpo, que la pasada madrugada se encontraba en un hospital de Marsella, debatiéndose entre la vida y la muerte.

Tres jóvenes encapuchados entraron en un autobús un barrio de Marsella hasta ahora no afectado por la violencia, lanzaron líquido inflamable en el interior del autobús, obligaron a los pasajeros a bajar y lanzaron una cerrilla. La policía baraja la hipótesis de que la mujer no tuvo tiempo de descender del vehículo.

A media tarde, en Grigny, al sur de París, se produjo un enfrentamiento entre las fuerzas del orden y un nutrido grupo de jóvenes en el que tres agentes resultaron heridos. En las últimas semanas, Grigny se ha convertido en un punto caliente de la guerra que libran algunas de las bandas de las barriadas contra la policía. Ayer, varios encapuchados cortaron la carretera que discurre junto al barrio de la Grande Borne de Grigny, bloquearon la circulación y lanzaron piedras contra los vehículos. Los jóvenes, como ya es habitual últimamente en este barrio, esperaban la llegada de refuerzos policiales para iniciar su particular guerra. Tras un par de horas de enfrentamientos, en los que lanzaron adoquines y cócteles molotov y recibieron gases lacrimógenos en respuesta, la calma volvió a la Grande Borne. No hubo detenciones.

El diario Le Monde aseguraba que habían ardido 277 vehículos, lo que equivale a tres veces la cifra habitual, pero el Ministerio del Interior se limitó a reconocer que en la aglomeración parisiense se habían quemado medio centenar.

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