La lección del canal de Panamá
Exitosa gestión de la vía oceánica tras la recuperación de su control
El referéndum que se acaba de aprobar para expandir el canal de Panamá debería servir como un buen recordatorio para la nueva camada de políticos antihispanos en Estados Unidos -frecuentemente disfrazados de defensores del control inmigratorio- sobre cuán equivocados estuvieron sus predecesores en uno de los mayores debates sobre América Latina que se recuerden en Washington.
Me refiero a la confrontación que se dio en el Congreso norteamericano durante la ratificación de los tratados del Canal de Panamá de 1977, por los cuales la vía oceánica pasaría al control total de Panamá en el año 2000. Poderosos senadores y periodistas opuestos a la decisión del presidente Jimmy Carter de traspasar el control del canal adujeron que Panamá jamás sería capaz de operar eficientemente una de las vías oceánicas más grandes del mundo. "Panamá carece totalmente de capacidad de administración", dijo el almirante Thomas H. Moorer, ex jefe del Estado Mayor Conjunto, a un comité del Congreso durante el proceso de ratificación en 1978. "Es muy dudoso que pueda adquirir la capacidad de mantener y operar eficientemente el canal... incluso después de 2000".
"El canal no opera con buenas intenciones, sino que requiere el manejo eficiente de una compleja serie de compuertas", dijo el senador Paul Laxalt, de Nevada, al mismo comité. "Panamá no tiene personas cualificadas para eso".
El senador Barry Goldwater, de Arizona, fue citado por The New York Times el 23 de febrero de 1978 diciendo que la corrupción endémica de Panamá arruinaría la administración del canal. "Yo conozco a estos países latinos. Sé muy bien cuándo es perfectamente correcto mentir. En Estados Unidos no podrían salirse con la suya con el tipo de cosas que hemos visto en muchas otras partes del mundo", dijo Goldwater.
Sin embargo, la historia está demostrando que los opositores del tratado no podían haber estado más equivocados. Esta semana, tras la aprobación el domingo del referéndum para destinar 5.300 millones de dólares para la expansión del canal, decidí averiguar cuán eficiente ha sido la administración del canal desde que los panameños se hicieron cargo del control total de la vía oceánica el 31 de diciembre de 1999.
Virtualmente por donde se mire, la respuesta es que los panameños han manejado el canal muy bien:
- Los ingresos del canal de Panamá se han disparado de 769 millones de dólares en 2000, el primer año bajo control panameño, a 1.400 millones de dólares en 2006, según cifras de la Autoridad del Canal de Panamá.
- El tráfico a través del canal se incrementó de 230 millones de toneladas en 2000 a cerca de 300 millones de toneladas en 2006.
- El número de accidentes ha descendido de un promedio de 28 por año a final de los años noventa a 12 accidentes en 2005.
- El tiempo de tránsito promedio a través del canal es de cerca de 30 horas, casi lo mismo que al final de los noventa, a pesar de que están cruzando barcos más grandes.
- Los gastos del canal se han incrementado mucho menos que los ingresos en los últimos seis años, de 427 millones de dólares en 2000 a 497 millones de dólares en 2006. "Todos los indicadores son positivos", me dijo el jefe de la Autoridad del Canal de Panamá, Alberto Alemán Zubieta, en una entrevista esta semana. "Al contrario de lo que decían quienes afirmaban que Panamá sería incapaz de operar una de las rutas más grandes del comercio mundial, se ha demostrado lo contrario: se ha administrado no sólo bien, sino mejor que cuando estaba bajo el control de Estados Unidos".
Operación "sobresaliente"
Linda Watt, que fue embajadora de Estados Unidos en Panamá entre 2002 y 2005, está de acuerdo. En una entrevista telefónica me dijo que la operación del canal en manos panameñas ha sido "sobresaliente".
Algunos de los actuales campeones del aislacionismo en Estados Unidos -como Lou Dobbs, de CNN, y el recurrente candidato presidencial Pat Buchanan- han puesto el grito en el cielo por el hecho de que una empresa de Hong Kong, Hutchinson Whampoa Ltd., esté operando dos de los seis puertos de Panamá.
Panamá dice que es una operación puramente comercial. El embajador de Estados Unidos en Panamá, William Eaton, fue citado por The Associated Press esta semana diciendo que los intereses de China en el canal son "puramente económicos".
Mi opinión: Latinoamérica podrá tener toda clase de problemas, pero lo cierto es que la historia demuestra que los aislacionistas norteamericanos están frecuentemente más influenciados por sus prejuicios antihispanos que por la realidad.
En lugar de construir muros para separar más a Estados Unidos de América Latina, Washington debería seguir el ejemplo europeo y construir puentes con la región. Tal como lo demuestra la historia del traspaso del canal de Panamá, los aislacionistas norteamericanos se equivocaron en grande.
Andrés Oppenheimer es columnista. © 'The Miami Herald', 2006.
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