La bella oscuridad
Herberto Helder es uno de los poetas míticos de la modernidad portuguesa y forma parte, junto a nombres como Sophia de Mello Breyner o Eugénio de Andrade, de ese selecto grupo de autores que ha provocado que el siglo XX sea considerado, desde Teixeira de Pascoaes, Fernando Pessoa o Mário de Sá-Carneiro, el siglo de oro de la poesía portuguesa. Introductor del surrealismo en su país en los años cincuenta, próximo a algunos de los postulados de la poesía experimental más tarde, Herberto Helder participa en varios de los proyectos más importantes de la historia reciente de la literatura lusa, como Folhas de Poesia o Poesia Experimental. Desde el meridiano del siglo, ha construido una obra intensa y singular, sin debilidades ni concesiones, pareja en muchos aspectos a su propia experiencia personal, con décadas de vida recluida y de entrega total a la escritura y el lenguaje, rechazando participar en antologías, entrevistas o encuentros y recibir premios, como los prestigiosos Europalia o el Fernando Pessoa, que le habían sido concedidos.
O EL POEMA CONTINUO
Herberto Helder
Traducción de Jesús Munárriz
Hiperión. Madrid, 2006
250 páginas. 12 euros
De esta forma, Herberto Helder ha ido consolidando una obra profundamente personal, enigmática y depurada, que nunca deja indiferente a sus lectores, y que hace de los dominios del lenguaje su campo exacto de movimiento. Se trata de una poesía más oscura que hermética, en la que conviven los grandes temas de siempre con algunas de sus más fieles obsesiones: la proximidad de la muerte, las palabras y la cercanía de la locura ("veo que la muerte es como romper una palabra y pasar / la muerte es pasar, como rompiendo una palabra, / a través de la puerta, / hacia una nueva palabra").
O el poema continuo, pu
blicado en Portugal en 2001, es una perfecta muestra de su poesía, y constituye una súmula de poemas pertenecientes a más de una decena de sus títulos (desde La cuchara en la boca hasta Del mundo, pasando por libros esenciales como Humus o La cabeza entre las manos), articulados como una secuencia única que es el testimonio fiel y el mapa de navegación de más de treinta años de escritura. Como señala Jesús Munárriz, el libro nos enfrenta a un autor esencial y sobrio, escueto dentro de la notable variedad de registros y de imágenes que ofrece. Helder, que escribe versos como "amo el hambre" o "mi alegría es tenebrosa", también prosista y traductor (su libro más célebre, las prosas de Los pasos en torno, fue publicado en 2004 por Hiperión en traducción de Ana Márquez), es probablemente el poeta portugués que desata más pasiones en el medio literario, el más alabado por sus numerosos seguidores y el más denostado, al mismo tiempo, por los detractores de su poesía. Desde su alejamiento físico del circuito mediático, ha ido elaborando una obra a su imagen y semejanza, con el orgullo de ser el máximo representante en su país de una de las líneas de fuego de la modernidad. Por eso, quizá, confiesa en Los pasos en torno que en una ocasión escribió con un lápiz en la pared frente a su cama una frase que bien pudiera ser su propio epitafio: "Dios mío, haz que yo sea siempre un poeta oscuro".
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