El servicio de Cercanías vuelve a funcionar tras 40 horas de avería

El servicio de Cercanías de Renfe, afectado por una avería desde el domingo a las 12.20 horas, quedó restablecido ayer por la mañana. La compañía anunció a última hora del lunes que las restricciones continuarían durante todo el martes. Finalmente el trabajo que realizaron los técnicos durante la noche permitió solucionar los problemas del sistema de señalización y seguridad. A primera hora pudo reanudarse la circulación de trenes de Cercanías y de media y corta distancia con los horarios habituales. El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, reclamó ayer a Fomento una mejora del servicio de Renfe.

Hereu habló ayer con los responsables del ADIF en Barcelona. El tema de la conversación fue el mismo de una carta enviada hace tres semanas a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, en la que le expresaba su preocupación por la alteración de un servicio crucial para la Barcelona metropolitana. Hereu recordaba a la ministra que los usuarios de Cercanías se han duplicado en 15 años y que las inversiones no han crecido al mismo ritmo.

La carta era contundente, pero no dura, y fue enviada cuando se produjo la primera de las 20 averías que se han registrado en el último mes.

Desde el momento en que se produjo la última avería hasta su resolución, ayer, pasaron unas 40 horas, durante las cuales el servicio quedó en un inicio interrumpido y después funcionó de forma parcial. La línea más afectada fue la que comunica la estación de Sants con el aeropuerto, que, completamente inhábil, se sustituyó por un servicio de autobús. La C-2 entre Barcelona y Sant Vicenç de Calders operó durante todo el lunes a la mitad de su frecuencia habitual. Los trenes de la C-7 sólo circularon entre Martorell y Cerdanyola, y la línea que comunica Mataró y Molins de Rei finalizó su recorrido en Sants.

La avería se produjo cuando una máquina de una empresa subcontratada por OHL rompió en Can Tunis unos cables de media tensión que cayeron sobre los sistemas que regulan el control de tráfico y las instalaciones de seguridad y comunicaciones de la red ferroviaria, que se incendiaron. Más de un centenar de técnicos de Renfe y el ADIF trabajaron en la sustitución de cables de 60 metros de longitud pertenecientes a las instalaciones de transmisión de datos y suministro de energía, así como a sistemas de telefonía y red de fibra óptica. Durante el tiempo en que la red permaneció afectada por la avería, la circulación de trenes se reguló de forma manual, lo que impuso restricciones en el servicio de Cercanías.

Según Renfe y el ADIF, en la resolución de la incidencia participaron un total de 201 técnicos de ambas empresas. Al centenar que realizaron tareas de reparación se sumaron diversos especialistas desplazados desde otros puntos de España. Otras 74 personas se encargaron de la atención al viajero en el Centro de Información de Cercanías y en las estaciones más afectadas, como las de Sants, El Prat y el aeropuerto.

El ADIF y Renfe reiteraron ayer que realizarán una investigación para "depurar responsabilidades" y volvieron a culpar a OHL de las incidencias. La empresa emitió un comunicado en el que asume las consecuencias.