Las 'colles' de Valls cierran una irregular temporada con una Santa Úrsula gris

La actuación castellera de Santa Úrsula, celebrada ayer en Valls, no consiguió satisfacer las notables expectativas que había generado. Las dos colles de Valls -la Vella y la Joves- sufrieron diversos tropiezos, en parte provocados por las indecisiones y la falta de habilidad de la canalla (los componentes más pequeños), un hecho que hace años resultaba insólito en Valls, población que contaba con los anxanetes y aixecadors más intrépidos.

La Vella abrió la actuación atacando el quatre de nou amb folre y el pilar, que ya coronó en el último concurso y que aspiraba a completar ayer. El castell no pudo presentar sus credenciales ya que una dos -que se incorporó a la alineación a última hora- se hizo atrás antes de colocarse. Tras plantar el tres de nou amb folre para serenar los ánimos, volvieron con el quatre amb el pilar, que en esta ocasión ascendió con decisión pero sin el aplomo suficiente: el castell se rompió justo antes de que la anxaneta entrase en el pilar.

A pesar del traspié, los rosados aún guardaban un as en la manga: el dos de vuit sense folre, que elevaron tras completar el quatre de vuit amb el pilar. Y el dos de vuit, un castell de máxima dificultad por su fragilidad que nunca se ha descargado y que se ha coronado en nueve ocasiones, subió con extrema precisión y habilidad. Pero ello no fue suficiente para aportar la confianza necesaria a la canalla, que a la entrada del aixecador optó por desmontarlo. La mejor prueba de las buenas medidas que presentaba el dos de vuit fue que el castell se consiguió desmontar sin caerse, algo insólito en este tipo de construcciones.

La Joves también sufrió los contrapiés de la canalla. El cinc de nou amb folre con el que iniciaron su actuación presentaba suficientes posibilidades para incluso descargarlo, pero en el momento de coronar la estructura del tres, el pom de dalt se rompió, lo que provocó la caída del castell. A continuación, tuvieron que desmontar el quatre de nou amb folre, también por problemas en los pisos superiores al resbalar un dos. En un segundo intento volvieron a abordar el mismo castell, que en esta ocasión subió descuadrado, pero que logró coronarse. Cuando ya bajaban los quints, es decir, cuando faltaban poco segundos para descargarlo, acabó cediendo. Las dos colles cerraron su exhibición con el cinc de vuit.