Entre el control y el paternalismo
Varios expertos analizan en San Sebastián la visión que ofrecen los medios de comunicación sobre la inmigración
"Todavía sigue dominando en los medios de comunicación una visión que presenta la inmigración como un problema que hay que controlar". Los discursos se centran mucho en "la llegada" de inmigrantes y "atienden muy poco a cómo establecer relaciones de convivencia", sostiene Luisa Martín Rojo, profesora de Lingüística en la Universidad de Madrid y asesora del Observatorio Europeo del Racismo, la Xenofobia y el Antisemitismo.
La profesora explica que también existe la tendencia a abordar la inmigración desde el lado contrario, es decir, desde una óptica "muy victimista y paternalista". Una visión, que, en última instancia, "tampoco contribuye a dar una imagen positiva" de las personas que llegan desde otros países, apunta Martín Rojo, quien ayer participó en San Sebastián en el seminario Inmigración y medios de comunicación. La jornada fue organizada por la Dirección de Inmigración del Gobierno vasco, en colaboración con Mugak, el Centro de Estudios y Documentación sobre Inmigración, Racismo y Xenofobia de SOS Racismo Euskadi.
"Es difícil encontrar un discurso discriminatorio explícito, pero el mensaje es preventivo"
Martín Rojo comenta que las imágenes de la inmigración a las que se refiere no nacen exclusivamente de los medios de comunicación, sino que "están en la sociedad". Ahora bien, señala que la prensa y los demás medios se hacen muchas veces "eco de ellas y las reafirman y extienden, al no cuestionarlas".
En cualquier caso, reconoce que también existen reportajes de investigación o realizados con mayor profundidad referidos a localidades y barrios donde la inmigración "es un fenómeno asentado" y en los que "se pone el énfasis en la contribución económica, cultural, social e incluso demográfica" de los inmigrantes.
Antonio M. Bañón es profesor del Departamento de Filología de la Universidad de Almería y co-director de la revista Oralia, dedicada al análisis del discurso oral. La lupa con la que mira los titulares y el desarrollo de las noticias relacionadas con la inmigración es crítica y llama a la reflexión cuando, como ayer, lanza las siguientes preguntas al auditorio: "¿Qué diferencia hay entre hacer un campamento o acampar? ¿La primero no está más cerca de lo bélico y lo segundo, de lo lúdico?"
El profesor admite que "es complicado encontrar en la prensa un discurso discriminatorio explícito", pero asegura que el discurso que en general se transmite es "preventivo", entendiendo por tal "no positivo". Afirma que, cuando se realiza un análisis lingüístico detenido de las noticias, "se observan muchas maneras de plasmar en el texto esa prevención hacia los inmigrantes y la inmigración". Puede estar determinada, por ejemplo, por la elección de los adjetivos. "Ese discurso solapado va calando de manera muy sólida en la población", apunta.
Bañón no pasa por alto las prisas con las que suelen trabajar los periodistas, pero, aún así, insiste en la necesidad de "tomar medidas muy cuidadosas" cuando se trata un tema "tan sensible" como el de la inmigración. Y en este punto mira hacia las fuentes periodísticas. Cree que hay una mutua y fuerte dependencia entre políticos y periodistas, lo que genera "una relación un poco confusa". Él aboga por crear "puentes de unión" entre periodistas y profesionales que de una u otra forma estudian la inmigración.
"En la actualidad no existen esos puentes y pienso que sería enriquecedor", insiste. "Ademas", añade "hay que tener en cuenta que ya hay muchos colectivos de inmigrantes que tienen portavoces, que tienen una estructura, aunque sea mínima, para transmitir sus opiniones y su manera de ver las cosas".
Xavier Giró, doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro del Observatorio de la cobertura informativa de conflictos, también se detiene en las fuentes. Detalla que las noticias elaboradas con informaciones policiales y judiciales son "las que más proyectan una sombra negativa sobre la inmigración", a la que se relaciona con frecuencia con la delincuencia. Tampoco salen muy bien paradas las informaciones que tienen como base las discusiones políticas, porque, si en algún caso se da voz a los inmigrantes, es "como víctimas, pero no como sujetos políticos", indica.
"El periodista está condicionado por el emisor del primer impulso comunicativo", dice. Pero si está formado y es consciente de que se va a topar en el origen de su trabajo con discursos "discriminatorios", "puede intentar contrarrestarlos con otras fuentes; puede, por ejemplo, pedir una opinión política al inmigrante", subraya Giró, aunque es consciente de que el periodista muchas veces se topa también con problemas de tiempo y espacio.
De todas formas, Giró alza la voz positiva y resalta algunos aspectos que van mejorando: "los inmigrantes empiezan a tener algo de voz, se empieza a hablar de sus derechos civiles y ya se pueden encontrar en muchos medios historias de integración de inmigrantes".
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