"He tenido una inmensa suerte con el personaje de Palmira"

Cine, televisión y, muy en especial, teatro contemplan la trayectoria de Teresa Lozano (Valencia, 1944), que ahora brilla en la serie Mujeres, que emite los lunes La 2 (22.30), dirigida por Dunia Ayaso y Félix Sabroso. Su personaje, la abuela Palmira, ya ha conseguido hacerse con el cariño de los espectadores españoles y pronto con la de los italianos, ya que la producción de El Deseo y Mediapro se acaba de estrenar en la cadena Raisat.

Pregunta. Ante la proliferación de series, que se han convertido casi en las reinas de las cadenas, ¿Qué ofrece Mujeres?

Respuesta. Calidad; creo que es una serie de calidad. Está rodada en cine, tiene guiones muy bien escritos, ha sido trabajada con tiempo y, en especial, brilla cuando trata el tema central. Las protagonistas son mujeres reales y muy verdaderas, mujeres que existen, que están ahí, a la vuelta de la esquina. Trata problemas cotidianos y lo hace con humor, con ironía, con cierta transgresión, pero son problemas reales con los que se puede identificar cualquier espectador.

P. Ha mencionado el tiempo, que es el caballo de batalla de todos los rodajes televisivos.

R. Sí, los productores se han planteado una serie hecha con mimo, ése era su mayor interés. Y Félix Sabroso y Dunia Ayaso, son directores de cine y hemos podido trabajar con otro ritmo. Eso se nota, y además es una suerte enorme. Hablamos mucho, intercambiamos ideas...

P. ¿Trabajar para una productora como El Deseo se nota en el día a día?

R. Se nota en los medios y en la intención de buscar la calidad ante todo; pero lo que hemos vivido los actores en el rodaje diario ha sido el contacto con Félix y Dunia, siempre a tu lado, pero no te agobian y te dan libertad. Entre todos hemos logrado un niño que es primerizo aún pero que tiene muy buena salud.

P. Tan buena que ha llegado a Italia...

R. Sí, y cuando hicimos la presentación en Roma, en la Casa de España, fue una maravilla, nos dieron una acogida increíble, un despliegue asombroso. Y pudimos vivir la experiencia de ver proyectado el primer episodio, doblado al italiano, y percibir allí mismo cómo reaccionaba el público... Fue vivir la prueba de que los asuntos de las mujeres trascienden las fronteras.

P. Su personaje se ha hecho rápidamente querido. ¿Cómo es para usted Palmira?

R. Desde el momento en que lees el guión, antes de rodar, ya te das cuenta de que es un bombón. He tenido una inmensa suerte con el personaje de Palmira, porque tiene infinitas posibilidades; su principio de demencia senil permite llegar muy lejos, trabajar mucho con los directores, lanzarte, arriesgar... Pero, en cualquier caso, creo que toda la serie gira en torno al personaje de Irene, y está tan bien escrito que sostiene a todo el resto de personajes.

P. ¿Cómo se vive profesionalmente la relación entre actores jóvenes y veteranos en la serie?

R. A mí me pasa como a Palmira, que no me doy cuenta de la edad que tengo, así que sólo veo actores y actrices. Pero, aunque suene tópico, hemos sido como una familia; a mí me siguen llamando abuela... Pero hemos intercambiado muchas ideas, mucha intensidad; supongo que los jóvenes aportan su energía y los veteranos su experiencia.

P. Usted ha trabajado en cine, teatro y televisión, ¿en alguno de los tres medios es usted más actriz?

R. Una actriz es una actriz. Yo he hecho mucho teatro, vengo de allí, y cine he hecho muy poco, pero he comprobado que el germen está presente siempre y ese germen se adapta al medio. Y como cada medio tiene su oficio tienes que aprenderlo, pero, como siempre, todo es cuestión de trabajo y más trabajo.

P. ¿Cómo ve usted el estado actual de la televisión?

R. Pues muy bueno no lo veo... Lo veo malo, creo que es bastante malo, pero siempre te da qué pensar el hecho de que haya determinadas cosas que tengan tanta audiencia. ¿En qué punto cultural está el país para demandar lo que demanda? Creo que la calidad nunca debería estar abandonada o relegada sólo a La 2.

P. Y ahora, ¿tiene algún proyecto cercano?

R. Sí, hay teatro. Yo me he hecho profesionalmente en Cataluña, y sólo hace dos años que estoy en Madrid. Ahora vuelvo a Barcelona para hacer El abanico de lady Windermere, de Oscar Wilde. Y hay algo de televisión previsto, para lo que espero tener energía. Espero que sí, porque el trabajo es vida.