El Milan se agarra a Kaká
El Arsenal de Cesc perdió en Moscú su condición de invicto
Medina Cantalejo, árbitro español, expulsó a Bonera, del Milan, al decidir que éste se había ganado la segunda amarilla al desplazar un balón para impedir que el Anderlecht sacara rápidamente una falta. Los efectos que provocó su decisión fueron desconcertantes: el Milan se quedó en inferioridad, con diez jugadores, nada más empezar el segundo tiempo. Jugaba fuera de casa. Y, aún así, ganó. Misterios de Kaká, un jugador espléndido que ayer regaló un par de impresionantes cabalgadas desde el centro del campo y un gol, el de la victoria, que fue un zambombazo desde fuera del área (0-1).
El Grupo del equipo italiano queda definido: el Milan será primero y por el segundo puesto pelearán Lille y Anderlecht. Los franceses parten con ventaja en la lucha: en sus filas juega Keita, un futbolista espectacular e individualista a partes iguales, vertical y rápido como pocos en Europa, el hombre que lidera al Lille y que ayer dio las dos asistencias para que su equipo se impusiera al AEK de Serra Ferrer.
Cuando el Milan empezó a demostrar que era capaz de controlar un partido con sólo diez jugadores, el primer partido de la jornada ya había traído el resultado más impactante. En Moscú perdió el Arsenal de Cesc contra el CSKA de Carvalho, que metió el gol de su equipo con un trallazo de falta, mezcla de fuerza imparable y barrera con ataque de timidez. Los últimos minutos del partido, marcado por el frío, fueron del Arsenal, pero no consiguió el empate y perdió el liderato del Grupo G a favor de su rival.
De la derrota del equipo inglés se benefició el Oporto, que ya le acecha. Al equipo portugués, tercero del grupo, le valió encontrarse con un Hamburgo desconocido (blando en defensa, desconectado en ataque), para lograr la victoria a lomos de las cabalgadas por la banda izquierda de Anderson, un atleta habilidoso que terminó lesionado. El Hamburgo, además, regaló el segundo gol con una mano absurda dentro del área cuando el partido ya buscaba el descanso y el balón la línea de fondo. Los alemanes empiezan a despedirse del torneo: no han ganado ni un punto en tres partidos.
En parecida situación está el Benfica. Los portugueses perdieron en Celtic Park, donde les ajustició Miller, un delantero sin pinta de futbolista que ya lleva tres goles en otros tantos partidos de Liga de Campeones. No tuvo suerte el Benfica: lanzó un balón al larguero cuando el partido marchaba 1-0. Presionó, acuciado por el resultado. Y acabó arrollado por un Celtic que se lo pone difícil a cualquiera cuando juega en casa. Pocos campos son capaces de generar un ambiente semejante.
Old Trafford, el teatro de los sueños, es uno de esos campos. Y su pedigrí le pesó ayer al Copenhague: el Manchester United se impuso en medio de una lluvia de ocasiones alentada por los pulmones del graderío. Nada de eso hubo en Kiev, donde ganó el Lyon, rival del Madrid, con gran autoridad.
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