_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El neoliberalismo en México

Hace seis años, yo estaba dispuesto a concluir que el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCN) era un gran éxito. El argumento clave a favor del TLCN era que se trataba del camino más prometedor que Estados Unidos podía tomar para aumentar las oportunidades que México tenía de convertirse en un país democrático y próspero, y que Estados Unidos tenía a un tiempo un interés egoísta y el firme deber de buen vecino de intentar ayudar a México a desarrollarse.

Desde el TLCN, el PIB real mexicano ha aumentado un 3,6% anual, y las exportaciones se han disparado, pasando del 10% del PIB en 1990 y el 17% del PIB en 1999 al 28% del PIB en la actualidad. El próximo año, las exportaciones reales quintuplicarán a las de 1990. El TLCN garantiza a los productores mexicanos acceso libre de aranceles al mercado estadounidense, el mayor mercado de consumidores del mundo. El aumento del comercio entre EE UU y México hace avanzar a ambos países hacia un mayor grado de especialización y una mejor división del trabajo en sectores importantes como el de la automoción y los textiles.

Debido a la creciente desigualdad, la abrumadora mayoría de los mexicanos no vive mejor hoy que hace 15 años

Ese aumento de eficacia derivado de incrementar el alcance del mercado y fomentar la especialización debería haber propiciado un rápido aumento de productividad mexicana. Asimismo, el aumento de la eficacia debería haber impulsado un auge en la formación de capital, que debería haber incluido la garantía de que ninguna oleada proteccionista en Estados Unidos cerrará fábricas en México. La palabra clave es debería. Los 100 millones de habitantes que México tiene en la actualidad poseen rentas reales de unos 10.000 dólares al año, la cuarta parte del nivel actual de Estados Unidos. Invierten tal vez una quinta parte del PIB en formación bruta de capital fijo y han ampliado enormemente su integración en la economía mundial desde el TLCN. Pero la tasa de crecimiento del PIB del 3,6%, unida a una tasa anual de crecimiento de la población del 2,5%, hace que la renta media de los mexicanos apenas haya aumentado un 15% respecto a los días anteriores al TLCN, y que la diferencia entre su renta media y la de Estados Unidos haya aumentado. Debido a la creciente desigualdad, la abrumadora mayoría de los mexicanos no vive mejor hoy que hace 15 años.

Desde el punto de vista intelectual, éste es un gran enigma: creemos en las fuerzas del mercado, y en los beneficios del comercio, de la especialización y de la división internacional del trabajo. Vemos el enorme aumento de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos en la pasada década. Vemos elementos muy positivos en la economía mexicana: un entorno macroeconómico estable, prudencia fiscal, baja inflación, un país de poco riesgo, una población activa flexible, un sistema bancario consolidado y solvente, programas de reducción de la pobreza que han sido reformados con éxito, altos beneficios derivados del petróleo, y demás. Pero el éxito de las políticas neoliberales no ha proporcionado el rápido aumento de la productividad y de los salarios que los neoliberales como yo no habríamos dudado en vaticinar en 1995 si nos hubieran dicho que las exportaciones mexicanas se quintuplicarían en los siguientes 12 años.

Es cierto que en México todavía abundan las deficiencias económicas. Pero estas deficiencias no deberían bastar para neutralizar las firmes ventajas geográficas de México y los potentes beneficios de la política neoliberal, ¿o sí?

Aparentemente sí. La carga demográfica de una población activa en rápido crecimiento parece aumentar enormemente cuando esa población activa no es muy culta, en especial cuando la mala infraestructura, la delincuencia y la corrupción de los organismos públicos se cobran su precio. Los neoliberales señalamos que el TLCN no tiene la culpa de las deficiencias de la infraestructura, del aumento de la delincuencia o de la corrupción oficial. Por tanto, insinuamos tácitamente que los mexicanos estarían mucho peor hoy sin el TLCN y sus efectos pesan en el lado positivo de la balanza. Esa historia neoliberal podría ser cierta. Pero es una excusa. Y tal vez no sea cierta. Habiendo presenciado el lento crecimiento de México en los últimos 15 años, ya no podemos repetir la vieja cantinela de que la senda neoliberal del TLCN y las reformas asociadas es clara y evidentemente la correcta.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_