Acerinox rompe el corsé del níquel
Transforma sus malos números de inicio de año en buenos resultados y cotiza en máximos
Acerinox lleva instalada en máximos históricos crecientes en Bolsa desde finales de 2005 pese a los disparatados precios mundiales del níquel (suponen el 80% del precio final de sus productos) y de haber obtenido unos malos resultados en 2005 (caída de un 50,7% en su beneficio anual) y unos mediocres resultados en la primera mitad de 2006 (véase el cuadro adjunto).
La demanda crece y el grupo ha podido trasladar al cliente final el encarecimiento de precios de las materias primas
Los títulos de la siderúrgica, haciendo caso omiso a tales lastres, se han revalorizado un 35,88% desde el 1 de enero y dos de sus mayores accionistas, Corporación Financiera Alba, controlada por la familia March, y Omega Capital, sociedad de Alicia Koplowitz, han elevado en los últimos meses su participación hasta situarla, respectivamente, en el 20,3% y en el 11,1%. El socio industrial japonés Nisshin Steel cuenta con otro 11% y compañías surafricanas y fondos reúnen en torno a un 5,5%.
Las razones de la redoblada confianza en Acerinox habría que buscarlas, según los analistas, en la fortaleza del grupo -es el segundo productor de acero inoxidable (tiene el 10% de la capacidad mundial de producción)-; en la racionalidad de su despliegue (tiene plantas integradas en EE UU) para atender al mercado norteamericano; en España, para abastecer a Europa, y en Suráfrica, para suministrar a los mercados de África y Asia; y en su tecnología.
La revalorización de sus acciones responde también a la evolución a mejor de sus cuentas del segundo y tercer trimestre, que auguran un posible resultado récord para la totalidad del año, según Ahorro Corporación; al fuerte incremento de la demanda de acero inoxidable en el mundo, y a su capacidad para trasladar al cliente final de sus productos, según señalan en Ibersecurities, la descomunal escalada de los precios medios de la tonelada de níquel (ha aumentado en poco tiempo de 8.000 a 30.000 dolares). Los precios finales de Acerinox, en euros, han pasado en nueve meses de 1.910 a más de 3.600 la tonelada.
Los analistas destacan también su plan de expansión. Va a invertir 289 millones en los próximos dos años, utilizando fondos propios, para aumentar un 56,25% su producción anual, hasta 3,5 millones de toneladas. Su presidente, Victoriano Muñoz, enmarca esta estrategia en la política tradicional de crecimiento orgánico de la siderúrgica: "No tenemos intención de absorber a nadie y menos de ser absorbidos".
En Ibersecurities, sin embargo, creen que Acerinox es "un claro candidato para una operación corporativa dentro del proceso de consolidación" abierto "con la compra de Arcelor por Mittal".
Los expertos no olvidan apuntar otros riesgos y puntos débiles. "Los elevados precios del níquel", dicen en Ahorro Corporación, "se convierten en la principal amenaza del sector". Si se produjese en paralelo un debilitamiento de la demanda de acero, agregan otros analistas, podría darse una brusca caída de precios y un deterioro en las cuentas del grupo. Sin embargo, ahora, la demanda de acero inoxidable crece con fuerza en Estados Unidos, y lo va a hacer más con los programas de construcción de plantas de bioetanol en marcha, también en Europa, e incluso en Suráfrica, donde sus fábricas han mejorado su aportación al grupo.
Sin plantas en China e India
Los analistas resaltan también su carencia de plantas de fabricación en China e India, dos mercados con elevado crecimiento de la demanda de acero inoxidable. En Acerinox, sin embargo, matizan que están presentes en esos mercados con comercializadoras y con exportaciones y que en el caso del acero inoxidable, que al contrario de otros productos siderúrgicos tiene mucho valor añadido, la repercusión de los costes del transporte en el precio es pequeña.
El tipo de cambio dólar-euro también influye en sus resultados, aunque las coberturas contratadas por Acerinox limitan el impacto. Mayor repercusión ha tenido en los últimos años la apreciación del rand, la moneda surafricana.
Y en el horizonte, como factores de incertidumbre, también están los costes y limitaciones que suponen el Protocolo de Kioto y las normativas medioambientales.
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