Del barrio a la vivienda

La primera ley del tripartito fue la Ley de Barrios. Y ha sido un éxito. La última votada en el Parlament fue la de la vivienda. No pasó al encontrarse con el rechazo de Esquerra Republicana, pese a que el texto era el mismo de cuando los independentistas estaban en el Gobierno y lo apoyaban. En medio quedan, sin embargo, una serie de actuaciones que han cambiado notablemente algunos aspectos del mapa catalán.

Por ejemplo, en las escuelas. El Ejecutivo logró convencer a unas 20 entidades de la oportunidad de firmar el Pacto por la Educación, que supuso la implantación de la sexta hora escolar y la convocatoria de oposiciones para cubrir las plazas de interinos (más de 15.000) renovados desde tiempo inmemorial. También se abordó el reparto de los inmigrantes considerando el sistema escolar como un todo, es decir, incluyendo la escuela concertada que había conseguido quedar al margen de problemas añadidos.

El tripartito se encontró a su llegada con no pocas deudas. Un informe sobre la situación heredada cuantificó el déficit en 1.264 millones de euros, a los que había que añadir otros 2.903 millones no contabilizados. Una de las primeras tareas fue poner orden y adecuar ingresos y gastos. En 2005, el déficit había caído a 209 millones de euros. Es cierto que en esto el Gobierno ha contado con unos años de ciclo expansivo en los que el crecimiento del PIB ha sido constante. El Instituto Nacional de Estadística asegura que el PIB catalán equivale al 18,8% de toda España, aunque el método empleado por el Ejecutivo autónomo lo sitúa en el 20,02%. El problema paralelo al desarrollo es la inflación, también por encima de la media española.

El Pacto por la Educación tuvo su correlato en el negociado por el Departamento de Trabajo con los agentes sociales que cuajó en el Acuerdo de Competitividad. La cara amarga del periodo la ponen los cierres de algunas empresas emblemáticas -Samsung, Panasonic, Philips- y los problemas de Seat. En cambio, Industria, trabajando en el mismo sentido, ha duplicado la inversión en investigación y desarrollo (I+D), hasta alcanzar los 100 millones de euros en el periodo global del tripartito.

Medio Ambiente logró cerrar el contencioso con los tribunales europeos respecto a la Red Natura 2000, una herencia recibida también de los gobiernos de CiU, pero que en no dejó de provocar roces en algunos momentos entre este departamento y Agricultura, que defendía los intereses de un campesinado poco dado a proteger nuevas zonas.

En vivienda, el Gobierno ha trabajado en dos frentes. Uno, la rehabilitación, tanto de bloques y pisos como de barrios completos. En este último aspecto, la inversión global alcanza los 600 millones de euros.

El Ejecutivo tripartito acometió un potente plan para reducir las listas de espera en la sanidad pública. En cambio, ha sido menos diligente en el combate contra el tabaco en espacios públicos, donde ha optado por la tolerancia.