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Crónica:AL VOLANTE | PRUEBA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Eficaz y equilibrado

A unque el nuevo TT parece una actualización estética, es un coche nuevo que mejora mucho a su antecesor. Mantiene una visibilidad limitada, pero el chasis y la mecánica crean un conjunto equilibrado y bien resuelto que busca la plena satisfacción del conductor. El carácter deportivo se aprecia en un puesto de conducción bajo, con un asiento envolvente que sujeta bien y un volante con la base plana para no rozar en las piernas al girar. Se echa de menos un apoyabrazos central para mejorar el confort, pero es un coche de tacto suave, cómodo y fácil de conducir.

Un motor básico que impresiona

La versión básica monta el motor 2.0 TFSi de gasolina del Golf GTi, que incluye la inyección directa de VW (FSi), en este caso con un turbo muy eficiente y un cambio de seis marchas impecablemente escalonado. Rinde 200 CV e impresiona por su poderío, propio de un deportivo más potente. La clave es la inyección directa, que permite elevar la compresión y ayuda a resolver las carencias de los turbos anteriores: falta de fuerza a bajo régimen y escasa brillantez a altas revoluciones.

El resultado es una respuesta poderosa desde 1.000 vueltas y un empuje constante y cada vez con más nervio hasta las 6.000, pero todo sin que se note el turbo. Tiene aceleraciones fulgurantes, enlaza las marchas en un suspiro y admite a la vez una conducción suave y tranquila sin ninguna queja, porque apenas exige reducir. Su sonido deportivo entusiasma sin cansar y es muy agradable y divertido: responde siempre con más brío del que se espera. Y la versión básica no defraudará ni a los conductores más apasionados.

La calidad mecánica se refleja en el consumo, muy bajo para sus prestaciones: apenas gasta 8 litros en conducción suave, cuesta pasar de 10 si se estiran las marchas y no llega a 11 ni en ciudad.

Muy ligero y manejable

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El TT aplica el aluminio en el chasis para reducir peso, tiene un centro de gravedad más bajo y estrena suspensión trasera, amortiguación de gas y ejes más anchos.

Estos cambios hacen olvidar el comportamiento nervioso del modelo anterior en favor de una respuesta más precisa al volante, un aplomo superior y una estabilidad muy noble y eficaz. Transmite sensación de ligereza, se conduce con dos dedos y muestra un comportamiento impecable en todos los trazados, sean rápidos o virados. Los balanceos son mínimos y ofrece un agarre a toda prueba, en especial con la suspensión deportiva, de serie en España, que reduce algo el confort en pisos bacheados, pero permite disfrutar más sus virtudes. Además se puede pedir con la suspensión opcional Magnetic Ride (1.500 euros), que mantiene la deportividad de la de serie y es más cómoda en los viajes.

Los frenos paran con contundencia, y el ABS de quinta generación y el ESP actúan de maravilla sólo cuando hace falta para no reducir el disfrute al volante.

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