El ultrasólido Krámnik, nuevo campeón
El ruso derrota la creatividad de Topálov con un estilo ultraconservador
Es como si un equipo de once Cannavaros hubiera derrotado a otro con once Ronaldinhos. El ruso Vladímir Krámnik, de 31 años, quien destronó a su antiguo maestro Gari Kaspárov en 2000, reconquistó ayer el título mundial en Elistá (Rusia) con un estilo ultraconservador tras imponerse a la creatividad del búlgaro Véselin Topálov, residente en Salamanca, en las partidas rápidas del desempate. Ambos cobrarán medio millón de dólares como premio.
En el duelo más polémico desde los históricos de Kaspárov y Anatoli Kárpov entre 1984 y 1990, Topálov comenzó con dos derrotas tras desaprovechar una ventaja en la primera partida y una posición fácilmente ganadora en la segunda. Su representante, Silvio Danáilov, desató entonces una guerra psicológica del peor estilo al insinuar públicamente que Krámnik escondía algún artilugio electrónico en el retrete de su camerino. Este verano, Serguéi Dolmátov, ayudante de Krámnik, lanzó acusaciones similares contra Topálov, sin pruebas ni indicios sólidos, con referencia al Mundial oficial que el búlgaro ganó hace un año en Argentina.
Krámnik no se presentó, "por dignidad", a jugar la quinta partida, y la Federación Internacional se la dio por perdida. El ruso acusó después su escasa resistencia física, y todo indicaba que el búlgaro iba a retener el título: ganaba 5-4 a falta de tres partidas. Pero entonces fue Topálov quien sufrió una pájara sin motivos que la explicasen, y Krámnik logró el empate (6-6) tras las doce partidas a ritmo normal. Ayer, en las cuatro rápidas del desempate (media hora para cada jugador), la primera fue tablas, Krámnik ganó la segunda, Topálov la tercera y el ruso la última, siempre fiel a su aversión al riesgo.
La calidad del juego ha sido impropia de un Mundial que, supuestamente, era de "reunificación": en teoría, es la primera vez que hay un solo campeón del mundo desde 1993, cuando Kaspárov y el británico Nigel Short provocaron el cisma al desgajarse de la FIDE. Tras derrotar a Kaspárov en 2000, Krámnik defendió su título ante el húngaro Leko en 2004, pero casi nadie le reconocía como campeón oficioso, por su escasa actividad y su descenso en la lista mundial, donde Topálov sigue siendo el número uno. El próximo Mundial está programado en México para dentro de un año, pero Krámnik no ha aclarado si lo jugará.
"Era una cuestión de principios derrotar a Topalov. El torneo ha sido raro debido a las polémicas que estallaron fuera del tablero", declaró Krámnik en rueda de prensa al término del campeonato. "Mi enfrentamiento con Topalov se distinguió por la enorme tensión del juego. Fue un poco diferente del encuentro con Kaspárov", señaló.
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