Cinco muertos en un choque de trenes entre Francia y Luxemburgo
Un error humano pudo provocar el impacto entre un mercancías y un convoy de pasajeros
Al menos cinco personas murieron ayer en un choque frontal entre un tren de pasajeros luxemburgués y otro de mercancías francés en Zoufftgen, localidad de Francia situada junto a la frontera con Luxemburgo. Otras 15 resultaron heridas de gravedad, aunque la cifra podría aumentar ya que anoche todavía continuaban los trabajos para sacar a las víctimas de entre el amasijo de hierros al que quedó reducido el convoy de pasajeros.
El impacto, de extrema violencia, hubiera podido provocar un gran número de víctimas mortales, pero en el tren de cercanías luxemburgués viajaban muy pocas personas, la mayoría trabajadores franceses. El accidente se produjo a las 11.45 y durante los primeros momentos se llegó a dar la cifra de una docena de fallecidos. Ayer por la noche, sin embargo, todavía había "un número indeterminado" de personas atrapadas en los vagones.
Entre los fallecidos figuran los dos conductores del tren luxemburgués y el del francés, así como un trabajador que inspeccionaba las vías. La compañía de los ferrocarriles franceses, SNCF, apuntó la posibilidad de un error humano, dado que los trenes viajaban por una misma vía de circulación alterna, en una curva pronunciada, y que el tramo del accidente estaba en obras. Un sistema de control ferroviario daba paso alternativamente a los trenes en uno y otro sentido.
El vicepresidente del consejo regional de Lorena, Bertrand Mertz, culpó a los técnicos luxemburgueses de haber cometido "un error en el cambio de agujas". Guillaume Pepy, director ejecutivo de SNCF, aseguró que el conductor del tren de mercancías pasó con el semáforo en verde. El tren de pasajeros, un TER regional procedente de Luxemburgo, se dirigía a la ciudad francesa de Nancy. El convoy de mercancías había salido de Thionville. La sociedad de los ferrocarriles luxemburgueses (CFL), por su parte, evitó pronunciarse sobre las causas del accidente. Su portavoz, Paul Polfer, señaló que no podía "ni confirmar ni desmentir" la tesis del error en un cambio de agujas.
De la violencia del choque da idea el hecho de que uno de los vagones de pasajeros explotó en el momento del impacto. Los servicios de bomberos y sanitarios acudieron inmediatamente y en gran número. El primer ministro francés, Dominique de Villepin, que volaba en dirección a la Martinica, en el Caribe, en un viaje oficial, en el momento del accidente, ordenó al piloto que diera la vuelta y se personó en el lugar del siniestro, donde ya se encontraban el ministro de Transportes, Dominique Perben, y el primer ministro luxemburgués Jean-Claude Juncker.
"Hemos querido acudir para expresar la solidaridad de nuestros dos países", dijeron Villepin y Juncker. El presidente de la República, Jacques Chirac, pidió la "movilización de todos los servicios de socorro" y que se "haga luz sobre las circunstancias de este dramático accidente".
El último gran accidente ferroviario sucedido en Francia tuvo lugar el 27 de junio de 1988, cuando chocaron dos trenes de cercanías en la estación de Lyón, en París, provocando 56 muertos y 56 heridos.
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