La precandidata socialista francesa Ségolène Royal propone reformar la política agrícola común de la UE

Ségolène Royal, aspirante a la investidura del Partido Socialista para las elecciones presidenciales francesas de 2007, presentó ayer sus "siete propuestas para Europa", entre las cuales destacan la reorientación de la política agrícola común y la supresión de las subvenciones de la UE a las empresas que deslocalicen sus actividades.

En una rueda de prensa dedicada exclusivamente a Europa, Royal presentó un programa que pretende "desbloquear Europa y sacar a Francia de su aislamiento". Royal se había declarado a favor del sí en el referéndum sobre el Tratado Constitucional Europeo, que el 45% de los franceses rechazó en mayo de 2005.

La personalidad política más popular entre la izquierda francesa propuso primero una "Europa de la paz" que reanude sus ayudas a la autoridad palestina y organice una conferencia internacional para la paz en Oriente Próximo.

Para favorecer una agricultura "respetuosa del medioambiente", Royal propuso "reorientar" la política agrícola común y regionalizar la gestión de las subvenciones. También se declaró a favor de una fiscalidad europea "muy incitativa" para las energías renovables. La socialista recomendó además utilizar parte de los peajes de las autopistas para financiar "las redes de transportes transeuropeas".

Asimismo, Ségolène Royal sugirió varias medidas para que Europa "proteja a los trabajadores". En la opinión de la precandidata al Elíseo, la UE tendría que suprimir las ayudas a las empresas que transfieren su actividad de un país a otro, e incluso reclamar la devolución de las ayudas ya otorgadas en el caso de una deslocalización fuera de la Unión. Finalmente, Royal defendió que cada alumno pueda realizar una estancia de estudios en otro Estado miembro.

Por otra parte, Royal declaró que era "evidente" que Turquía debía reconocer el genocidio que supuestamente cometió contra los armenios en 1915, como requisito para ingresar en la UE. Aunque eludió dar su opinión sobre la posible adhesión de Turquía, opinó que convencer a los franceses iba a costar "mucho trabajo".