CiU y el PP lamentan que se haya "cedido al chantaje"
La decisión del Gobierno de suspender la cumbre de ministros de Vivienda provocó ayer una oleada de críticas desde diversos sectores políticos y sociales. Los grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona, Convergència i Unió (CiU) y el Partido Popular (PP), acusaron a los gobiernos central, autónomo y local de "ceder al chantaje" de los grupos violentos. Las dos formaciones coincidieron en señalar que la anulación de la cumbre daña la imagen de la capital catalana y pone en entredicho la capacidad de la policía para mantener el orden público.
A juicio del líder municipal de CiU, Xavier Trias, tanto los motivos de seguridad como el hecho de que la cumbre hubiese coincidido con el inicio de la campaña electoral en Cataluña son sólo "excusas". "Cualquier acto de estas características puede generar altercados, pero hay que saber responder", añadió Trias.
En una línea similar -aunque con un tono más agresivo- se expresó el presidente del grupo municipal del PP en el consistorio, Alberto Fernández Díaz: "La democracia ha perdido y se han dado alas a los que quieren romper la convivencia". Fernández Díaz tildó de "vergonzosa" la decisión de anular la cumbre y exigió al Gobierno una rápida rectificación, al tiempo que anunció que reclamará la convocatoria de un "pleno extraordinario urgente" para abordar la cuestión.
Rechazo de las entidades
La Asamblea Popular por una Vivienda Digna había convocado a través de Internet a una protesta pacífica durante la segunda jornada de la cumbre de ministros europeos. La sentada iba a celebrarse el próximo lunes por la tarde y tenía por objetivo denunciar las dificultades que tienen los jóvenes para acceder a un piso. Esta misma asociación consiguió congregar a miles de personas -15.000, según los organizadores; 5.000, de acuerdo con los cálculos de la Guardia Urbana- el pasado 30 de septiembre en una manifestación en Barcelona bajo el lema No vas a tener una casa en la puta vida.
La protesta se celebró en un ambiente festivo y terminó sin incidentes. Por eso, la portavoz, Ada Colau, se mostró ayer sorprendida ante la decisión de anular la reunión por miedo a altercados. "Es ofensivo. Si saben quiénes crean problemas, que los busquen. Pero creemos que la verdadera motivación es silenciar la protesta por la vivienda durante la campaña electoral", indicó Colau, quien añadió que la asamblea mantiene la convocatoria para el lunes.
La Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) también se mostró contraria a la decisión del Gobierno. En un comunicado difundido ayer señala que la suspensión "fortalece a los violentos" y los sitúa "al mismo nivel que los que plantean sus reivindicaciones de forma justa".
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