Francia prohibirá fumar en los lugares públicos a partir del 1 de febrero
Los bares, restaurantes y cafés tendrán una moratoria de un año para aplicar la ley
La prohibición de fumar en los lugares públicos en Francia ya tiene fecha: será el 1 de febrero de 2007, según anunció ayer el primer ministro, Dominique de Villepin. La norma sólo tendrá una excepción: los bares que venden tabaco, discotecas, cafés y restaurantes, que tendrán una prórroga de un año para adaptarse a la medida. Con la decisión, Francia se suma a la corriente de protección de los no fumadores que empezó Irlanda en 2004, con su prohibición total de fumar en todos los espacios públicos, y han seguido, con matices, Suecia, Malta, Noruega y España.
El primer ministro Dominique de Villepin anunció ayer por la tarde que su Gobierno se dispone a prohibir por decreto el fumar en todos los lugares públicos a partir del 1 de febrero del 2007 con la excepción de bares que venden tabaco, discotecas, cafés y restaurantes, que tendrán un plazo suplementario de un año.
La decisión ya había sido adelantada en agosto por su ministro de Sanidad, Xabier Bertrand. Lo que ha hecho Villepin ha sido dar fechas a la noticia: "La prohibición será efectiva en el resto de lugares públicos, escuelas, almacenes o institutos desde febrero 2007".
La decisión se basa en datos estadísticos "indiscutibles", dijo Villepin: "El cigarrillo causa 13 muertes por día, una realidad insoportable para nuestro país". Según el primer ministro, fumar mata en Francia 60.000 personas al año y el tabaquismo pasivo es responsable de 100.000 defunciones suplementarias.
Objetivo político
El segundo mandato del presidente Jacques Chirac, falto de objetivos políticos, ha convertido el ejercicio de la presidencia en algo muy parecido a ocuparse de la Cruz Roja. Sus prioridades son: reducir la mortalidad debida a los accidentes de tráfico -la instalación de radares lo ha conseguido-; reducir las barreras de todo tipo para los minusválidos; y erradicar el tabaco de Francia.
El gremio de estanqueros ha anunciado que "espera que ningún diputado pretenda hacer campaña en un local que muy pronto va a perder el 30% de su negocio debido a la prohibición del tabaco". Los estanqueros reclaman cinco años de plazo para adaptarse a la nueva situación.
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