El Gobierno se planteó enviar la Armada para parar los cayucos
Alonso se opuso a desplazar buques de guerra a la costa africana
El Gobierno se planteó a finales de agosto y principios de septiembre, en el momento álgido de la crisis de los cayucos, recurrir a la Armada para interceptar embarcaciones con inmigrantes ilegales. Se trataba de desplegar buques de guerra en Mauritania y Senegal, con el visto bueno de las autoridades locales, para reforzar o relevar a las patrulleras de la Guardia Civil que colaboran en el control de sus aguas. El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, se opuso a la idea, por ahora descartada.
La limitación de medios de la Guardia Civil y la necesidad de recurrir a todos los recursos disponibles llevaron al Ejecutivo a debatir el empleo de las Fuerzas Armadas en la lucha contra la inmigración ilegal, según fuentes gubernamentales. Desde mayo pasado, buques y aviones militares participan en una operación de vigilancia al sureste de Canarias, pero su papel se limita a avisar de la llegada de cayucos y auxiliar a posibles náufragos.
La idea era desplegar los buques de guerra en las costas africanas para que pudieran devolver a los inmigrantes irregulares a su puerto de origen. El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, fue uno de los que más firmemente se opusieron a esta idea, por ahora descartada. Entre otras razones, porque los barcos militares podrían hacer zozobrar a los cayucos al abordarlos y porque el empleo de barcos de la Armada tiene repercusiones muy diferentes al de las embarcaciones de la Guardia Civil desplegadas en Senegal y Mauritania. De hecho, ambos países se han negado hasta ahora a que buques militares extranjeros patrullen sus aguas, lo que ha dificultado la puesta en marcha del dispositivo de la agencia europea de fronteras Frontex. El presidente andaluz, Manuel Chaves, ofreció ayer un pacto sobre inmigración similar al ofertado el viernes por el Gobierno central.
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