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Enfermeros de Málaga reciben formación para detectar casos ocultos de violencia doméstica

Los colegios de Enfermería idean un protocolo nacional de actuación ante el maltrato

Fernando J. Pérez

La vergüenza, el miedo e incluso un irracional sentimiento de culpa hacen que muchas mujeres maltratadas por sus parejas no denuncien a sus agresores. Sin embargo, una detección precoz de las situaciones de violencia doméstica es fundamental para evitar que acaben en muerte, como le ha ocurrido a 67 mujeres en España en lo que va de año. Los Colegios de Enfermería han diseñado un protocolo para que sus profesionales puedan reconocer casos ocultos de maltrato y ayer lo presentaron en unas jornadas formativas para enfermeros en Málaga.

La naturaleza del trabajo de los enfermeros hace que tengan contacto directo -tanto en ambulatorios y centros de salud como a domicilio- con multitud de mujeres maltratadas, lo que les convierte en trabajadores muy útiles para la detección de casos de violencia de género. Pero muchas veces, la falta de formación hace que estas situaciones queden en sospecha o pasen inadvertidas.

Según Pilar Fernández, vicepresidenta de la Organización Colegial de Enfermería, el protocolo que se pretende enseñar a los 34.700 enfermeros andaluces y a los 240.000 profesionales de toda España ha dado unos "resultados espectaculares" en donde se ha aplicado. En el Hospital Universitario de Getafe (Madrid), en solo un mes y medio en 2005 se descubrieron 60 casos de violencia de género, frente a los 15 que se detectaron en todo el año 2004.

El programa piloto de formación ha sido diseñado por un equipo de enfermeros, médicos, juristas, psicólogos y trabajadores sociales y se basa en tres aspectos esenciales. El primero consiste en hacerse una "perspectiva fidedigna" del problema que supone la violencia de género. Entre otras charlas de expertos, los asistentes a las jornadas de Málaga, escucharon el testimonio de primera mano de una enfermera víctima de malos tratos y encerrada en un laberinto judicial digno de Kafka y de su abogada, cuyo ex esposo le golpeó hasta dejarla en coma hace años.

El segundo eje trata de que el enfermero conozca todos los recursos asistenciales a disposición de la mujer maltratada para facilitar su derivación a estos servicios cuanto antes y con la mayor seguridad posible. La magistrada de la Audiencia Provincial de Madrid experta en violencia de género, María Tardón, "aseguró que el riesgo de muerte de la mujer surge cuando rompe el ámbito de dominación a que le somete su pareja".

El tercer aspecto del curso, más práctico, tiene que ver con los mecanismos con que cuenta el enfermero para detectar el maltrato y se plasman en el llamado Registro de Enfermería para la violencia de género, un documento unificado sobre los síntomas y la situación personal de la posible víctima que incluye una valoración del aspecto y la conducta del acompañante.

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Las destrezas profesionales para desvelar el maltrato fueron desgranadas ayer por la tarde por la psicóloga clínica Felisa Pérez Antón, encargada del programa Laris de detección temprana de la violencia. Para esta experta, un rasgo común a muchas maltratadas es que acuden con mucha frecuencia a los servicios sanitarios con síntomás indefinidos y crónicos. Además, muchas veces anulan citas o acuden al médico con lesiones sufridas tres o cuatro días antes. En el caso de las afectadas más jóvenes presentan a menudo desnutrición y escaso control prenatal, si están embarazadas.

Entre las señales mentales de alarma está la ansiedad, la depresión, la evitación del problema, la vergüenza y el afán de autodestrucción. Según el estudio Suicidio y violencia de género, el 80% de las maltratadas ha pensado en quitarse la vida y el 63% lo ha intentado alguna vez. La psicóloga recomienda a los enfermeros preguntar a la posible maltratada con respeto y sin juicios. "Hay que escuchar abiertamente y sin interrumpir con expresiones del tipo 'no sé cómo sigues con él, con las que sólo se consigue que la víctima no vuelva". Finalmente, un consejo difícilmente compatible con la habitual celeridad de la atención sanitaria: "Si les dáis tiempo detectaréis cantidad de problemas".

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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