Iberdrola invertirá 15.000 millones hasta 2011 sin descartar una fusión
Sánchez Galán pide cambios jurídicos antes de abordar la posible unión con Fenosa
En plena ebullición del sector energético, Iberdrola presentó ayer su Plan Estratégico 2007-2009 (con proyecciones hasta 2011). En el plan destacan tres cifras: 15.000 millones de inversión en cinco años; 2.350 millones de euros de beneficios en 2009 (un 70% más que en 2005) y un reparto de dividendos que alcanzará los 3.200 millones de euros en tres ejercicios. Sánchez Galán reclamó cambios legislativos para el sector, porque la normativa actual "no permite fusiones" y se mostró dispuesto a examinar "operaciones, en plural" si el Gobierno cambia las normas.
El presidente de la segunda eléctrica española eligió la sede de la Asociación de la Prensa de Madrid para lanzar un mensaje claro: Iberdrola está dispuesta a participar activamente en la reordenación del sector energético, pero sólo si cambia "una jurisprudencia que ha impedido la concentración" de empresas. Y mientras llegan esos cambios en la interpretación de la ley -o en la propia ley-, la eléctrica está en condiciones de exhibir músculo y de mantener la tensión del negocio.
La prueba de que Iberdrola mantiene el nervio en un contexto agitado es el nuevo Plan Estratégico 2006-2009. El plan prevé invertir 9.000 millones en los tres próximos años (15.000 millones hasta 2011), lo que supone un aumento del 20% respecto a la inversión realizada en los tres años anteriores. La mayor parte del dinero (5.600 millones, el 62%) se destinará al negocio en España y el resto a inversiones en Europa y en EE UU.
Energías renovables
Con esas inversiones y un especial énfasis en las energías renovables, a las que destinará 3.250 millones hasta 2009, Iberdrola espera mantener la velocidad de crucero que llegó a sorprender a sus rivales en un pasado no muy lejano. Así, la compañía espera que los beneficios netos se sitúen, en 2009, en 2.350 millones. Extraoficialmente, las estimaciones sitúan esa cifra en 2.800 millones en 2011. Y para los accionistas habrá también un buen pellizco: recibirán 3.200 millones de euros en el trienio. El dividendo por acción con cargo a los resultados de 2009 será de 1,50 euros, tras un aumento medio anual de casi el 20% desde los 0,88 euros de 2005.
Parte de las inversiones provendrán de la venta de activos no estratégicos, como son activos inmobiliarios y participaciones societarias como el 3% que controla en Red Eléctrica de España o el 4% de la petrolera portuguesa Galp. De esas ventas procederán 1.000 millones de euros.
Pero la ejecución literal del Plan Estratégico, presentado apenas una semana después de que la constructora ACS, principal accionista de Unión Fenosa, entrara en el capital de Iberdrola, será difícil. Pocos analistas creen en una Iberdrola navegando por libre en un mercado que está bajo todos los focos. En este sentido, Sánchez Galán fue rotundo: analizará operaciones, "en plural", cuando cambie la actual legislación. "Mientras tanto" dijo "no vamos a hacer especulaciones". Y especulaciones son, en su opinión, las informaciones sobre una posible fusión con Unión Fenosa, de la que aún no ha tratado. "No me he sentado con nadie de Unión Fenosa y no haremos nada mientras la legislación esté como está" concluyó Sánchez Galán.
Para ACS, desde Iberdrola, bienvenida como accionista "estable" en un negocio que, en opinión de Sánchez Galán, necesita también que desparezcan las tarifas reguladas (las industriales deberían desaparecer a mediados de 2007, según la normativa europea) y que mejore la retribución al negocio de distribución. Porque, advirtió "los kilovatios no se hacen con movimientos corporativos, sino con inversiones". Y las inversiones de las eléctricas dependen, en buena medida, del marco retributivo que fija el Gobierno.
Todo el discurso de Sánchez Galán giró alrededor de una idea: el Ejecutivo tiene que cambiar las reglas del juego para corregir errores que, en nombre de la competencia, ha propiciado un sector energético con empresas "pequeñas y delgadas" mientras en Europa, los Gobiernos propiciaban grandes grupos empresariales.
Centros de decisión
"Tenemos que plantearnos qué queremos ser", aseguró Sánchez Galán, "si queremos ser un país con un tejido industrial equivalente a lo que somos, la séptima u octava potencia económica del mundo o si queremos ser un país exclusivamente de transformación y que todos los centros de decisión se encuentren fuera de nuestras fronteras".
Para el máximo responsable de Iberdrola, el juego es europeo y las empresas eléctricas españolas que "juntas representan el 4% del mercado europeo" deben dejar de pensar "en términos de pueblo". Se trata, para el presidente de Iberdrola, de operar en un mercado más amplio que el regional o el mercado ibérico ("una entelequia desde el primer día", precisó).
Precisamente sobre otro jugador del mercado ibérico, la portuguesa EDP, Sánchez Galán dejó caer una especie de advertencia al afirmar que la eléctrica española (accionista de la portuguesa con un 9,5%) podría plantearse salir del capital si no aporta valor al grupo. No obstante, confió en que la compañía lusa encarrile su estrategia. "Si no, como accionistas, veremos lo que hacemos", subrayó.
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