Paciente determinación
Tony Blair dio ayer en Madrid su respaldo público al llamado proceso de paz en el País Vasco. Desde su experiencia con el proceso norirlandés, alertó que habría altos y bajos y nuevos obstáculos, pero que ante tal recorrido lo importante es la voluntad política de seguir adelante, lo que llamó la "determinación paciente", pues "siempre merece la pena intentarlo". El proceso de paz en Irlanda del Norte no ha llevado aún adonde se esperaba, pero ya ha desterrado la violencia.
Blair, en una de sus raras visitas de trabajo a Madrid, dominada por las excelentes relaciones económicas entre ambos países y el reciente acuerdo tripartito sobre Gibraltar, eludió sin embargo entrar a valorar la actitud de su amigo José María Aznar y del Partido Popular sobre el proceso vasco. A diferencia de lo que está ocurriendo en España, el proceso de paz en el Ulster siempre contó con el pleno apoyo de los dos grandes partidos británicos, el conservador y el laborista, estuvieran uno o el otro en el Gobierno, además del consenso político con la República de Irlanda.
Tras los desencuentros sobre la guerra de Irak, la relación entre Zapatero y Blair -no precisamente un pacifista ni, como le tacharon al insistir en el proceso de paz, un ingenuo- ha ido creciendo a lo largo de estos más de dos años. Aunque los casos son diferentes, Blair ha ido comunicando a Zapatero sus experiencias y sus consejos en privado, como el de mantener abierto un canal de comunicación reservado con ETA, como el que él tuvo con el IRA y el Sinn Fein.
El propio Zapatero volvió a insistir en que este proceso tendría altibajos y sería largo, duro y difícil. Pero pareció sumarse a esa "determinación paciente" que deben tener todos, no sólo el Gobierno, sino también la oposición.
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