"Esto es un milagro"
Tras enjugar 25 puntos, Schumacher vuelve al liderato dos años después
De forma tan imprevista como concluyó su racha triunfal en Brasil hace casi dos años, Michael Schumacher volvió en Shanghai a la cima de la fórmula 1. Dos años ha durado la travesía del desierto para el alemán, que en el circuito chino recuperó un liderato que no cataba desde el 24 de octubre de 2004. Aquel día, en el circuito de Interlagos, en Brasil, puso el broche oficial a su séptimo título mundial. Fue séptimo en aquella prueba para él ya intrascendente, puesto que se había asegurado mucho antes la corona gracias a un dominio aplastante y traducido en 13 triunfos sobre el total de 18 pruebas de que constaba el campeonato.
Pero en 2005 la irrupción de un desmelenado Fernando Alonso coincidió con la sorprendente crisis de la escudería Ferrari. Schumacher lo pasó mal. Perdió el título. Esta temporada las cosas iban más o menos por los mismos derroteros. La desventaja del alemán llegó a ser de 25 puntos el pasado 25 de junio, cuando Alonso se anotó en Canadá su sexto triunfo. El campeonato estaba justamente en su ecuador pero las perspectivas para Schumacher eran descorazonadoras porque, a pesar de que los técnicos de la escudería de Maranello observaban síntomas de recuperación, los resultados no acababan de llegar. Por eso en Shanghai se vio, si cabe, a un Schumacher decididamente más eufórico de lo que ya suele serlo en las celebraciones de todos y cada uno de los 91 triunfos que totaliza en su trayectoria en la F-1.
"El momento decisivo ha sido el paso de las ruedas de lluvia a seco"
"Me encanta el trazado de Suzuka, pero el comportamiento de los neumáticos será crucial"
"Si se mira donde estábamos hace un tiempo, estar hoy aquí es un milagro. Será necesario seguramente esperar a la última carrera para conocer el desenlace del campeonato", explicó el alemán pese a ser consciente de que tiene una posibilidad de cerrar la lucha por el título ya en la penúltima prueba, el próximo fin de semana, en Japón. Para hacerla efectiva, para sellar su octavo título mundial antes de poner el punto y final a su extraordinaria carrera el próximo 22 de octubre en Brasil, debería ganar en Japón y que Alonso no puntuara. "Me encanta el trazado de Suzuka, pero es difícil hacer previsiones y, como es habitual, el comportamiento de los neumáticos será crucial", advierte.
Los Bridgestone que calzan los Ferrari respondieron a la perfección en las condiciones intermedias que se dieron en Shanghai, con la pista ni muy seca ni muy mojada, sino más bien húmeda la mayor parte del tiempo. "Soy muy feliz", confesó Schumacher. "Cuando la pista se fue secando y me acerqué a Fisichella, pensé que acabando segundo habría firmado aquel resultado antes de salir". Sin embargo, cuando después cogió el liderato adelantando a Fisichella, que salió de boxes por delante de él, pero le cedió el paso al sufrir los efectos de unos neumáticos fríos y de seco en la primera curva, su grado de satisfacción aumentó.
"En las últimas vueltas he conducido con mucha atención porque tenía una buena ventaja y la pista se estaba poniendo muy resbaladiza por la lluvia que empezaba a caer, pero nunca he temido que Alonso me alcanzara", manifestó el nuevo líder del Mundial. "Desde la salida me ha sorprendido el que pudiera seguir el ritmo de los primeros", indicó el alemán, que partió desde la sexta posición de la parrilla después de haber sufrido bastantes problemas en la jornada clasificatoria, que estuvo pasada por agua.
Schumacher explicó los que, a su parecer, fueron los momentos cruciales de la carrera. "Ha sido muy importante reducir las diferencias respecto a los Renault cuando la pista ha comenzado a secarse. El instante decisivo ha sido el paso de las ruedas de lluvia a seco, ya que sabía que, si Fisichella salía delante de mí, tendría problemas con la temperatura de los neumáticos y podría adelantarle en las primeras curvas, como así ha sucedido".
El germano ha revertido las posiciones en la tabla gracias a sus cinco truinfos en los últimos siete grandes premios, además del punto que arañó en la accidentada carrera de Hungría y el tercer puesto en Turquía. Ello se ha combinado con las dos únicas carreras que Alonso no ha podido acabar esta temporada, las de Hungría e Italia, lo que le hizo perder la asombrosa regularidad que le ha permitido permanecer líder del Mundial durante 560 días y 33 grandes premios. En ese periodo, el español ha alcanzado 13 victorias, siete de ellas el año pasado, y ha conseguido concluir en el podio en 26 ocasiones.
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