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Reportaje:

Arcelor Mittal no quiere dejar Dofasco

Los nuevos accionistas no quieren que su tecnología pase a manos de la competencia

Arcelor Mittal mantiene una cuenta pendiente. No hay decisión final, pero todo parece indicar que la canadiense Dofasco se mantendrá en el grupo. El pasado 26 de junio, el Consejo de Administración de Arcelor aceptó el matrimonio con Mittal Steel. La empresa angloindia mantenía su voluntad de deshacerse de Dofasco y venderla a Thyssenkrupp. La luxemburguesa se oponía a la decisión y recordaba que la venta estaba en manos de la fundación holandesa S3.

Arcelor Mittal apuesta por las minas como parte de su negocio para evitar la inestabilidad de los precios por la alta demanda actual

Arcelor Mittal ha echado a andar con su nuevo equipo de dirección, encabezado por el luxemburgués Roland Junck, antiguo responsable de aceros largos de Arcelor. Las voluntades, en teoría, no han cambiado. La intención oficial es que se va a realizar la venta de Dofasco, ya que nadie quiere violar el acuerdo de venta acordado entre Mittal y Thyssen el pasado 26 de enero. Sin embargo, la realidad va por otro lado y la compañía se puede ver forzada a no realizar la venta.

La fundación S3 está formada por tres personas, dos de ellas antiguos empleados de Arcelor, y controla el capital de Dofasco -la decisión de vender o no-, pero no la gestión diaria que está en manos del nuevo gigante mundial del acero. Arcelor Mittal sabe que no es lo mismo anunciar que rompe unilateralmente el contrato con Thyssenkrupp, que anunciar la imposibilidad de hacerlo porque los que controlan el capital se han opuesto a la operación.

El pasado jueves, Arcelor Mittal envió una nota a la Comisión Nacional del Mercado de Valores donde manifestaba su intención de desinvertir. Asegura la siderúrgica que si no es posible desprenderse de Dofasco sea la planta Sparrows Point (Maryland) o la de Weirton (Virginia Occidental). Arcelor Mittal señaló también su preferencia para que sea esta última.

Las opciones para mantenerse en Arcelor no sólo son de cabezonería o lucha por el poder. Hay factores estratégicos clave. Arcelor desarrolló, junto a la japonesa Nipón Steel, un sistema especial para el acabado de la chapa para automóviles. Dofasco cuenta con un acuerdo que le permite utilizar esta tecnología y su salida del grupo Arcelor Mittal permitiría caer en manos de la competencia. Este acabado galvanizado de la chapa lo introdujo en EE UU Arcelor de la mano de Dofasco para gran satisfacción de los fabricantes de automóviles japoneses. Arcelor pagó 3.950 millones de euros por Dofasco en una dura puja con Thyssenkrupp, que firmó el acuerdo de compra con Mittal Steel por 3.750 millones.

En el momento de la compra de Dofasco, Arcelor esgrimió que la operación era clave para entrar en EE UU. Esta entrada está ya asegurada gracias a la presencia de Mittal en ese mercado. También Dofasco contaba con una mina de mineral de hierro que permitiría garantizar el 20% del consumo de la vieja Arcelor y prevenirse de las oscilaciones de precios del mercado. Ahora, la nueva Arcelor Mittal ha apostado por las minas como parte de su negocio para evitar la inestabilidad de los precios por la alta demanda actual. El otro punto a favor de Dofasco es que compra el 15% de la producción de Arcelor Mittal Brasil.

Modelo social

Aunque la familia Mittal es el primer accionista de la primera siderúrgica mundial, el acuerdo de integración supuso la aceptación en gran parte del modelo social de negocio de Arcelor. Los Mittal renunciaron a su poder absoluto en aras de la integración. Los ejecutivos de Arcelor Mittal, con Junck a la cabeza, tienen cinco años para consolidar el sistema de gobierno corporativo en el que han trabajado los últimos años, con una estricta separación entre el Consejo de Administración y el de Dirección.

La pasada semana se cumplió la promesa de Arcelor a sus accionistas antes de la fusión: lograr que su remuneración alcanzara el 30% del beneficio neto. Arcelor Mittal la asumió como propia y anunció pagos trimestrales. El Consejo propuso un dividendo base anual de 1,30 dólares estadounidenses. Este dividendo quiere garantizar una remuneración mínima a los accionistas y se pagaría trimestralmente. Además, el Consejo propuso un programa de recompra de acciones hasta alcanzar un payout del 30% del beneficio neto anual. La política de dividendos se hará efectiva a partir del 1 de enero de 2007.

Instalaciones de Arcelor, en Bilbao.
Instalaciones de Arcelor, en Bilbao.SANTOS CIRILO

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