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Reportaje:

"¿Dónde está el regalo?"

Unas 7.500 personas visitan la Asamblea en el primer día de la Jornada de Puertas Abiertas

Daniel Verdú

La Asamblea de Madrid le interesa cada vez más a los madrileños. O, al menos, su edificio. Ayer, en el primer día de la quinta edición de las Jornadas de Puertas Abiertas, aunque sólo fuera por el regalo que daban a la salida, unos 7.500 ciudadanos desfilaron por el recinto en el que los políticos que eligen cada cuatro años deciden los menesteres de su comunidad. Fueron 2.500 personas más que el año anterior, que comprobaron lo cómodos que se sientan y se sienten en el edificio de Vallecas sus representantes. Pero la conciencia política de los futuros votantes no era suficiente, y su pregunta más recurrente fue la de siempre: "¿Dónde está el regalo?".

Frente al lienzo de Antonio López, Madrid desde Vallecas, brotó la curiosidad geográfica de más de uno. "Todos querían localizar su casa. Utilizaban los puntos de referencia que aparecen en el cuadro para poder encontrar sus hogares", explicó un portavoz de la asamblea. Nunca un mapa fue tan admirado.

También el hemiciclo en forma de cubo acristalado despertó la admiración de los visitantes, que una vez dentro ocupaban los escaños que habitualmente utilizan los parlamentarios autonómicos. "¿Dónde se sienta Zapatero?", preguntaban algunos niños despistados. "Zapatero se sienta en el Congreso", le respondían entonces las guías.

Como en ediciones anteriores, las encargadas de enseñar las instalaciones de la asamblea son las integrantes de un colectivo de mujeres de etnia gitana. "Lo han hecho estupendamente, pero las pobres han ido de cabeza todo el día", explicó el mismo portavoz.

También durante la visita, las rondallas y coros de Getafe, Puente de Toledo y Puente de Vallecas interpretaron durante toda la jornada piezas musicales como Canta y no llores, muy celebradas y aplaudidas por los de una edad más avanzada.

Otra de las zonas más celebradas por los más jóvenes fue la sala de ordenadores. Donde habitualmente se diseña el contenido de la web de la asamblea, ayer pudieron los visitantes bajarse juegos y comunicarse a través del Messenger.

Desde primera hora de la mañana, una unidad móvil del Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid se ubicó en las inmediaciones de la asamblea para aprovechar el tirón de las jornadas y recoger donaciones, que alcanzaban las 36 dos horas antes del cierre, "una cifra normal para un día de trabajo", según los responsables de este organismo.

Y para que no se dijese que los políticos les chupan la sangre a los ciudadanos, a la salida, el esperado regalo consistía en una mochila roja con la nueva imagen institucional de la asamblea. Ésta contenía un bolígrafo, el reglamento de la institución y unas pegatinas con las que se podía jugar a algo parecido a un sudoku.

La Asamblea de Madrid mantendrá también hoy, por último día, sus puertas abiertas a los ciudadanos, en horario ininterrumpido, de 10.00 a 19.00.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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