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Nuevo crimen en el distrito más conflictivo

El crimen perpetrado ayer en la calle de Isabel la Católica se produjo muy cerca de la Gran Vía, en el mismo entorno en el que una mujer ucrania murió acuchillada el pasado 23 de junio, en la plaza de Soledad Torres Acosta, justo un día después de que los vecinos de la zona denunciaran la degradación y el abandono del barrio.

No es extraño que una nueva muerte se haya vuelto a producir en esta zona de la capital, porque el distrito Centro, donde están situadas estas calles, es considerado el más conflictivo de la ciudad por la Policía. A finales del pasado junio, justo después de la muerte en Soledad Torres Acosta, fuentes de la Jefatura Superior de Policía aportaron una nota más optimista al revelar que las infracciones (delitos más faltas) estaban bajando en el distrito. De enero a mayo, el descenso fue del 3% con respecto al mismo periodo del año pasado: de 18.822 denuncias del 1 de enero al 31 de mayo de 2005 se pasó a 18.242 en el mismo periodo de 2006. De esas denuncias fueron esclarecidos el 15% de los casos.

La mayor resolución se produjo en los delitos (27,92%) frente al 10% de las faltas (infracciones que no llevan aparejadas, en general, penas de cárcel). Otro dato que caracteriza a Centro es el aumento del número de detenidos, un 14%. Justo en la calle paralela al lugar donde ayer se produjo el suceso existe una comisaría, la de Leganitos. En los cinco primeros meses del año sólo por ella pasaron 2.672 arrestados, lo que muestra su volumen de trabajo.

La última muerte de un joyero en la capital se produjo hace más de un año. Antonio Sancho Arevalillo, de 54 años, murió en la tarde del 9 de junio de 2005 en joyería de la calle de Felipe II de Móstoles tras recibir un disparo a quemarropa durante un atraco.

Tres hombres irrumpieron en su tienda y obligaron a los empleados a que se fueran a la trastienda, mientras se quedaron con Antonio Sancho, que les advirtió de que estaban siendo grabados por una cámara de seguridad. En ese momento fue tiroteado por la espalda. Los asaltantes se llevaron consigo parte de las alhajas y la cinta de la cámara.

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