Ferrocarrils quita importancia al libro de averías perdido en el accidente del metro

"Me duele la imagen de que estamos ocultando algo". Marisa Gracia, gerente de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), defendió ayer con vehemencia su política de transparencia tras el accidente que el 3 de julio se cobró 43 vidas. Gracia aseguró que ha entregado "toda la información a todo el mundo" y restó importancia al desaparecido libro de averías del metro siniestrado, del que dijo que si hubiera contenido "algo digno de interés" se conocería. Mientras, los sindicatos denunciaron que FGV acaba de realizar una prueba en el firme de la vía llena de carencias.

Marisa Gracia no se atrevió ayer a asegurar que el accidente no se pueda volver a repetir

El accidente de metro del pasado 3 de julio -el más grave de la historia de España- sigue marcando la agenda de trabajo en FGV. Dirección y sindicatos tienen una visión diametralmente distinta sobre el trabajo realizado y sobre los pasos a dar.

La principal discrepancia se refiere a la investigación del accidente. Ferrocarrils sigue realizando pruebas aunque insiste en que de momento la velocidad es el único hecho "objetivo" que explica el siniestro, al tiempo que defiende su política de transparencia en todo el proceso. Un boletín interno del mes de septiembre, de hecho, arranca defendiendo que "el exceso de velocidad se ha confirmado, más allá de cualquier duda, como la causa del accidente". Ayer, de hecho, la dirección entregó a los sindicatos un informe de CAF (constructora de la unidad accidentada) que tenían desde hace algunos días en el que concluye que a esa velocidad y en la curva el accidente era inevitable. Los sindicatos criticaron el método del estudio y sus vacíos.

Uno de los capítulos que más tensión está provocando hace referencia al libro de averías de la unidad siniestrada, que ha desaparecido y que ha sido ampliamente reclamado por oposición y sindicatos. Gracia recordó que en agosto preguntaron a la jueza sobre el libro y reclamaron que se desprecintara el vagón siniestrado en su busca. La petición fue atendida en septiembre cuando la jueza pidió una revisión de la unidad que evidenció la desaparición de este registro. La gerente de FGV restó importancia al contenido del libro de averías y aseguró que de contener algo "digno de interés" se hubiera sabido ya a través de los otros registros con los que cuenta la empresa en caso de averías o carencias relevantes. Aseguró, además, que la jueza ha solicitado información que supla a este libro y ya le ha sido remitida. Ayer, Antonio Soler (UGT) insistió en que el libro "aclararía" muchas dudas.

Por otro lado, ayer volvió a abrirse una nueva brecha a raíz de que Ferrocarrils realizara en la noche del lunes una comprobación en el firme de la vía de inicio de la curva en la que descarriló el metro. Una prueba que los sindicatos consideran fundamental porque desde hace meses insisten en que el cambio de firme -de balastro a hormigón- provoca un bache que pudo jugar su papel en el accidente. La importancia que conceden a esta prueba explica su malestar tras conocer que la dirección había realizado pruebas sin su presencia. La prueba se realizó con el segundo vagón implicado en el accidente (vacío) y concluyó que no existe bache alguno en el tramo -la vía desciende apenas 1,1 milímetro en el carril izquierdo y 1,5 milímetros en el derecho-. "Esto es una pantomima", dijo Jorge Álvarez, representante del SIF (Sindicato Independiente Ferroviario) en un encuentro improvisado con los medios en el que participaron también representantes de UGT, CC OO y SI-IV. Los sindicatos realizaron un escrito conjunto en el que lamentan esta forma de actuar y vuelven a solicitar las pruebas que reproduzcan las condiciones que se registraron en el momento del accidente.

La distancia entre sindicatos y dirección también se refleja en la elaboración del nuevo reglamento del Comité de Seguridad en la Circulación, el órgano cuyas funciones se han convertido en vinculantes desde el siniestro y del que los sindicatos y que despierta numerosos recelos. Los representantes de los trabajadores desconfían de la efectividad futura del foro y de las intenciones de la dirección.

Gracia recordó las medidas de seguridad recién instaladas en la línea 1 y no se atrevió a asegurar que éstas eviten que se repita otro accidente. "Los accidentes son imprevisibles", subrayó.FGV se muestra más receptiva a aprobar las propuestas generales en materia de seguridad desde el accidente. El cambio se ha evidenciado en numerosas reuniones. Ayer se aprobó cambiar de ubicación la señal luminosa implicada en el accidente de Picanya, tal y como la empresa rechazó antes del 3 de julio.