El oro brilla en la pupila del inversor
La cotización récord del 'metal rey' impulsa las compras de los ahorradores privados
En la película Cadena perpetua, el personaje interpretado por el actor Tim Robbins conseguía fugarse de la cárcel horadando un espectacular túnel gracias a un pequeño martillo de gemas y a 20 años de paciencia. Sólo había necesitado perseverancia y una visión a largo plazo. Exactamente la misma que reclama el mercado del oro, que está acumulando un brillo que ha dejado en evidencia a muchos expertos. Con precios que han llegado a alcanzar los 730 dólares la onza, algunos esperan que todavía suba más aunque ahora manifieste señales de fatiga.
Algunos expertos dicen que el riesgo geopolítico que vive Oriente Próximo supone entre 100 y 150 dólares extra en la cotización del metal
Contra todo pronóstico, el 12 de mayo pasado la onza de este metal alcanzaba su cotización más alta en los últimos 26 años, nada menos que 730 dólares. La euforia corrió como un río de aguas bravas, sobre todo por la influyente London Bullion Market (la asociación que reúne a los principales productores, refinadores e intermediarios del mundo), cuyos socios más veteranos apenas recordaban estos valores. Enseguida aparecieron las primeras voces que pusieron un precio objetivo a la onza del metal: nada menos que ¡1.100 dólares! Y ahí sigue la predicción, a la espera de cumplirse.
De momento, algunos reconocidos expertos, como Gerard Holden, indican que el riesgo geopolítico que vive Oriente Próximo supone entre 100 y 150 dólares extra en la cotización del metal. Cuanto más complicado es el panorama: inestabilidad política, elevados precios del petróleo, subidas de tipos de interés... mejor le va al oro. Su histórico comportamiento como refugio en épocas complicadas continúa siendo un tópico, pero cierto.
Sin embargo, ahora se le ha unido una nueva cualidad: ser un antídoto contra el veneno de la inflación. "Durante periodos de elevada inflación tiende a aumentar su precio. Esto significa que es un instrumento útil para limitar los efectos inflacionarios y las fluctuaciones monetarias", precisa Graham Birch, responsable del fondo de inversión World Gold Fund, de Merrill Lynch, que, acorde con la propia empresa, es el más grande que se comercializa en Europa.
Asia calienta el precio
El metal precioso, pues, cada vez brilla más y su fulgor parece atraer a todo el mundo. En los últimos meses, "varios bancos centrales de Oriente Próximo han estado usando sus reservas de dólares para comprar oro", avanza Graham Birch. Al tiempo, ha surgido una situación que ha sorprendido a muchos: los países en vías de desarrollo se están convirtiendo en los principales consumidores -sobre todo a través de joyas, monedas y pequeños lingotes- de este metal. Aproximadamente, unas tres cuartas partes de la demanda proviene de la industria joyera.
Concretamente, la India, China y los países de Oriente Próximo copan más del 50% de las peticiones de esta clase de artículos. La subida del precio del petróleo, en el caso árabe, y la mayor industrialización asiática están creando un nutrido grupo de población que accede al oro como símbolo de estatus social. Consecuencia: los precios suben.
Pero donde está despertando de verdad un gran interés es en su faceta inversora. Según el World Gold Council, la venta en Estados Unidos de monedas de este metal (American Gold Eagle, Canadian Maple Leaf, Australian Nugget y el más conocido Krugerrand surafricano) y de pequeños lingotes (el tamaño estándar es de 1.417 gramos) ha aumentado en los tres primeros meses del año un 41%. El ahorrador está mostrando un gran interés. Y los expertos lo corroboran. "No es una burbuja, es algo real", se le escuchó decir, ante un auditorio sorprendido por tanta euforia, a Brian Hurley, responsable de la última edición de Diggers & Dealers, el foro que anualmente reúne a gran parte de las primeras empresas productoras del mundo. Sorprendido, porque si algo ha sido históricamente volátil es el oro.
El precio del metal ha pasado en escasas semanas de 578 a 730 dólares la onza, atravesando de camino los 638. "Unas cotizaciones impensables e históricas", valora Diego Gómez, director técnico del área internacional de la escuela de negocios Esic. Una volatilidad que, según el profesor, "se encuentra muy influenciada por los tipos de interés del billete verde y los riesgos inflacionarios que corre la economía de Estados Unidos, ya que su cotización en los mercados está expresada en dólares. Y, generalmente, sigue la senda contraria al tipo de cambio de la divisa norteamericana".
A pesar de los riesgos, ¿será cierta la teoría de la euforia de Brian Hurley? Está claro que el oro -como otros metales: zinc, aluminio, cobre, platino, plata...- está viviendo su particular época dorada. Hace escasas fechas, la minera canadiense Goldcorp compraba la firma Gladis Gold, dando lugar a una de las compañías auríferas más grandes del mundo. Esta operación, que movió 6.700 millones de dólares, cambió el ranking mundial y situó en los tres primeros puestos a Barrick, Newmont Mining Corp y la nueva Goldcorp. Importantes cambios, que no parecen ser los últimos.
"Si se mantiene el paisaje actual: un dólar débil, un petróleo al alza, incertidumbres geopolíticas, los países emergentes demandando cada vez más estas materias, y persisten los riesgos inflacionistas es muy posible que el precio del oro se dispare", vaticina Diego Gómez, de Esic. Y detrás de estas subidas vendrán más operaciones corporativas.
Señales de fatiga
Evidentemente, la gran pregunta es averiguar cómo se comportará el metal en las próximas fechas: de momento ha dado señales de fatiga en la cotización. Muy pocos expertos, pues, parecen quererle poner el cascabel al escurridizo gato de los precios. Algunas fuentes hablan, en principio, de que las reservas mundiales -tal vez uno de los baremos que más afectan a su cotización- se situarán en una horquilla de entre 50.000 y 70.000 toneladas.
Como toda predicción, es imposible de verificar, pero en este escenario, y "con una extracción en torno a 2.500 o 3.500 toneladas anuales, tendríamos existencias para entre 15 y 20 años, aproximadamente", calcula Diego Gómez. Mientras, algunas pistas indican que la extracción baja. Suráfrica -el mayor productor del mundo y referente del metal, una vez que el mercado ruso haya entrado en una profunda crisis, tras la caída de la Unión Soviética- ha reducido la producción un 10,9% en el primer trimestre y el 6,4% durante el segundo. Sea como fuere, Graham Birch, de Merrill Lynch, afirma que ellos no intentan hacer predicciones a corto plazo porque, "inevitablemente, nos equivocaríamos. De todas formas, a medio y largo plazo nuestra previsión es positiva y esperamos que los precios sigan fuertes", concluye.
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