Atletismo paralímpico

Hace una semana tuve ocasión de formar parte de la delegación que el Ministerio de Trabajo y Servicios Sociales envió al Campeonato del Mundo de Atletismo Paralímpico que se ha celebrado entre los días 3 al 9 de septiembre, en la ciudad holandesa de Assen, en la que España ha obtenido un honroso sexto lugar en el medallero.

El motivo de esta carta no es otro, además de poder darles mi más sincera enhorabuena por el resultado, que el de hacerles a todos ustedes partícipes de los momentos que yo y los compañeros que conmigo viajaron hemos vivido, junto a estas chicas y chicos y sus familias. Muchas veces se nos llena la boca hablando de discapacidad, de dependencia, de las maneras de colaborar y ser solidario. Lo cierto es que por norma general todos los seres humanos tendemos a pensar que nuestros problemas de la vida diaria son los más importantes del mundo, pero ¿qué problemas tenemos nosotros?, ¿que no llegamos a fin de mes, que nuestros hijos no son como esperábamos que fueran, que la vecina del quinto tiene muy alto el televisor o que la vida en general no ha ido viniendo como creíamos que tenía que venir?

Les aseguro que después de haber compartido unas horas con este colectivo es cuando llegas realmente a reflexionar que esto que nos pasa no son más que tonterías. Problemas son otros, de otra magnitud y color. Problema es nacer con una dificultad, o adquirirla a lo largo de tu vida, bien por accidente, bien porque se ha desarrollado, y no poder interrelacionarte con la sociedad, porque la sociedad no está preparada para ellos. Tener que luchar, y trabajar en un mundo hostil para los que presentan cualquier tipo de discapacidad, ésa es la dificultad y no otra.

El coraje que yo he visto en estos chicos y chicas y en sus familias, la capacidad de lucha y decisión por ganar, aunque la vida te haya colocado en una silla de ruedas, aunque no puedas ver la meta, eso sí que es ser valiente con mayúsculas.