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El rey de Tailandia legitima el golpe

La junta militar nombrará un primer ministro y anuncia elecciones para 2007

El rey de Tailandia dio ayer su respaldo al incruento levantamiento militar que el martes expulsó del poder al cuestionado primer ministro Thaksin Sinawatra, que sigue fuera del país. El monarca nombró al general golpista Sondhi Bonyaratkalin líder de la junta de gobierno provisional. El militar aseguró que, en dos semanas, el mando pasará a un primer ministro civil leal a la Corona y anunció que se redactará una nueva Constitución, un proceso que culminará con la convocatoria de elecciones generales en octubre de 2007.

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En un mensaje oficial emitido por televisión, se anunció a la nación que, "con el fin de fomentar la paz en el país, el Rey ha nombrado al general Shondi Bonyaratkalin jefe del Consejo Administrativo para la Reforma [denominación elegida por la junta militar]". El comunicado, en el que se pide calma a los tailandeses y se insta a los funcionarios a que obedezcan las instrucciones de Sondhi, aporta un cariz legitimador a los acontecimientos, dado que el rey Bhumibol Aduyadej, de 78 años, es una figura que cuenta con el respeto unánime de los tailandeses. El monarca no compareció en persona.

Durante una rueda de prensa celebrada ayer, el general Sondhi aseguró haber actuado "para resolver el conflicto y devolver la normalidad y la armonía a la gente" y afirmó que el poder no tardará más de dos semanas en volver a una autoridad civil. Es el plazo que el Consejo Administrativo para la Reforma se ha dado para encontrar un nuevo primer ministro. "En dos semanas nos retiraremos", dijo.

El general golpista insinuó que podrían emprenderse acciones para confiscar el voluminoso patrimonio de Thaksin, un magnate de las telecomunicaciones que exacerbó los ánimos de sus adversarios con la venta, en enero, de su holding familiar, Shin Corporation, a la firma de inversión del Gobierno de Singapur. La operación, por un importe de 1.900 millones de dólares, se articuló para que quedara libre de impuestos y, presuntamente, para eludir la legislación tailandesa que limita la participación de inversores extranjeros en sectores estratégicos.

El diario tailandés The Nation informó ayer de que varios miembros del Gobierno de Thaksin, como el ex viceprimer ministro, Chitchai Wannasathit y el ex comandante supremo del Ejército el general Ruengroj Maharsaranond, han sido detenidos. Igualmente, aseguró que el ex ministro de Agricultura Sudarat Keyuraphan había huido a París y que el ex ministro de Exteriores, Kantathi Supamongkhon, que se encontraba en Francia, tenía previsto reunirse con Thaksin en la capital británica.

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Mientras tanto, Bangkok vivió una jornada tranquila, a pesar del toque de queda impuesto el miércoles por la junta militar y la prohibición de las reuniones de más de cinco personas. La presencia militar en las calles no disuadió a muchos de los 10 millones de habitantes de Bangkok de salir. En las proximidades de la Casa de Gobierno, cerca de un millar de personas, muchas ataviadas con el polo amarillo que endosan los tailandeses este año para celebrar el 60º aniversario de la entronización de Bhumibol Adulyadej, aplaudían a los soldados apostados en los tanques al grito de "¡Soo, soo!" (¡Ánimo, ánimo!). Otros entregaban rosas a los militares, y les alargaban por encima de las vallas bebida y comida en un ambiente plenamente festivo. "Es muy bueno para el país, aunque estoy preocupada por el futuro", señalan Pimabsorn Katepoom, ayudante de dirección de 25 años. "Creo que podemos confiar en que el Ejército cumplirá sus planes en un 90%", añadía.

En Bangkok, pocos temen que el ex primer ministro se enfrente a los militares. "No creo que se haya ido del todo, pero es bueno que ahora podamos cambiar el Gobierno", dice Pichan Angsuvajrakon, jefe de Ventas de una multinacional.

Sondhi Limthongkul, uno de los líderes de la Alianza Popular por la Democracia, una coalición de opositores a Thaksin, declaró ayer que apoya el golpe si sirve para "mejorar la democracia". "Espero que los militares cumplan su palabra, ocupen del poder sólo temporalmente, lleven a cabo una reforma seria, investiguen los cargos por corrupción y lleven al responsable ante la ley", afirmó a su salida del edificio militar en el que se celebró la rueda de prensa.

Ayer fue jornada festiva para la banca, la Administración, los centros docentes y la Bolsa de Bangkok por decreto de la junta militar. Hoy, la actividad volverá a la normalidad y las miradas se centrarán en la evolución del baht y las acciones del mercado de valores tailandés. El martes, la divisa tailandesa cayó un 1,3% frente al dólar, su mayor descenso en tres años, pero ayer retrocedía ligeramente en el mercado de Nueva York. El recuerdo de la devaluación de 1997, durante la crisis asiática, ha estado presente en la mente de los operadores financieros desde el pasado miércoles. Sin embargo, en medios financieros tailandeses se piensa que el golpe puede ser incluso positivo porque rompe la incertidumbre en que el país se había sumido desde la anulación de las elecciones de abril.

Un soldado decora su ametralladora con dos flores recibidas de la gente y una cinta amarilla de lealtad al rey.
Un soldado decora su ametralladora con dos flores recibidas de la gente y una cinta amarilla de lealtad al rey.ASSOCIATED PRESS

Thaksin, en Londres

El primer ministro de Tailandia antes del golpe, Thaksin Sinawatra, viajó ayer a Londres desde Nueva York, tras cancelar la intervención que tenía prevista ante la Asamblea General de la ONU. Un portavoz del Gobierno británico señaló que Thaksin "estará de visita" en la capital del Reino Unido, donde hace unos meses compró una casa. El portavoz añadió que de momento Thaksin no ha solicitado refugio político ni entrevista alguna con el Gobierno británico. "Es una visita privada", indicó.

Según el diario tailandés The Nation, la esposa de Thaksin viajó el lunes mismo a Singapur y tenía previsto reunirse con su marido en Londres, donde estudia una de las dos hijas de la pareja.

"No esperaba que esto sucediera. Llegué como primer ministro y me voy como un desempleado", dijo Thaksin antes de subir al avión.

El gobernador del Banco de Tailandia desmintió que se hayan congelado las cuentas del mandatario derrocado, que posee la mayor fortuna del país. La venta en enero a una empresa de Singapur por 1.500 millones de euros de la mitad de la compañía de telecomunicaciones de su propiedad unió a la oposición contra su gestión.

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