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Los padres impiden el inicio del curso en varios centros

Los alumnos andaluces de Infantil, Primaria y Secundaria obligatoria comenzaron ayer el curso. Aunque la jornada se desarrolló con normalidad en la mayoría de los centros, a las puertas de algunos se registraron protestas porque las aulas no estaban a punto para empezar las clases.

En Cádiz, padres y alumnos del colegio Menéndez Pidal, de Conil, reclamaron la sustitución de los ventanales del edificio, una petición que mantienen hace cinco años. En Zahora (Barbate), los padres anunciaron una huelga indefinida al no construirse un nuevo colegio, mientras que en otra zona rural barbateña, San Ambrosio, exigen el arreglo del carril de acceso.

Además, padres de alumnos de La Línea de la Concepción se encerraron en el ayuntamiento en protesta por el mal estado de algunos centros. Tampoco entraron ayer en las aulas los niños de tres años del colegio San Bernardo de Algeciras porque las obras del verano no estaban terminadas.

En Córdoba, 600 alumnos del IES Miguel de Cervantes de Lucena no pudieron empezar las clases por no haberse instalado 23 aulas prefabricadas. Lo mismo le ocurrió a los alumnos del colegio Castejón, de Rincón de la Victoria (Málaga), donde las lluvias de esta semana inundaron parte del centro y, mientras se repara, la Junta va a instalar tres prefabricadas que ayer no estaban listas.

En Málaga capital, los padres del Colegio Infantil la Paloma protestaron porque faltaba parte del mobiliario, pero los niños pudieron empezar las clases. No ocurrió lo mismo con alumnos de dos colegios nuevos de Almensilla y Bormujos, en el Aljarafe sevillano. Las mesas y las sillas no han llegado y las clases empezarán el lunes.

En Huelva, los alumnos del IES Saltés, en Punta Umbría, no entraron en el aula por la protesta de los padres, que demandan la ampliación en un curso de Secundaria.Los padres de un colegio de Cortegana tampoco dejaron entrar a sus hijos en demanda de un profesor más. Por su parte, los padres de un centro de Puebla de Guzmán, que lleva más de un año en obras, acordaron no llevar a sus hijos a clase hasta el jueves, momento en que volverán a reunirse para decidir si inician el curso.

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