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Hewlett-Packard espió a nueve periodistas durante la investigación a sus consejeros

El consejo de la multinacional celebra una reunión de urgencia para abordar la crisis

La polémica legal y ética sobre el caso de espionaje destapado en Hewlett-Packard (HP) sube de tono. El segundo mayor fabricante del mundo de ordenadores personales reconoce ahora que su investigación incluyó a nueve periodistas, además de los 11 miembros de su Consejo de Administración. El fiscal que investiga el caso considera que se violaron varias leyes en el Estado de California, una sobre robo de identidad, otra sobre acceso ilícito a datos informáticos y otra que impide a las empresas revelar a terceros los números de la seguridad social de sus empleados.

El escándalo que azota a Silicon Valley tiene su origen en una investigación interna lanzada por HP para identificar a la persona que desde el Consejo de Administración estaba filtrando información confidencial a la prensa. Para ello se contrató a una empresa externa a la compañía, para que buscara evidencias de las conversaciones que los consejeros habían mantenido con los medios de comunicación. El caso de espionaje se destapó a raíz de la dimisión de Tom Perkins del Consejo de Administración de HP, el pasado 18 de mayo, como protesta por la investigación abierta por la multinacional. La autoridad del mercado de valores estadounidense (SEC, en sus siglas en inglés) está examinando el caso.

En el ojo del huracán está la presidenta del Consejo de Administración de HP, Patricia Dunn, como responsable del lanzamiento de esta investigación interna.

La firma tecnológica niega que Dunn vaya a dimitir a raíz del caso, aunque puede acelerar su salida. No obstante, el consejo de administración va a celebrar una teleconferencia para estudiar el caso durante el fin de semana. El consejero delegado de la compañía es, desde febrero de 2005, Mark Hurd.

En el centro de la polémica está la práctica conocida como pretexting, un método bastante extendido y aceptado en EE UU, con varias decenas de empresas especializadas en obtener registros telefónicos y otro tipo de información utilizando diferentes estrategias. Básicamente, se trata de que el detective se hace pasar por la persona investigada para obtener de la compañía telefónica datos privados.

"Eso es engañar. Es fraude", dicen algunos expertos legales. Pero el pretexting no está tipificado como un crimen federal y el Congreso de EE UU lleva ocho meses intentando legislar sobre la materia sin mucho éxito.

Las leyes californianas y de otros Estados, sin embargo, son más estrictas y esta práctica se considera ilegal. Bill Lockyer, el fiscal del Estado de California que investiga esta trama de espionaje en HP, dijo la pasada madrugada que la táctica empleada por la compañía de Palo Alto para detectar a la garganta profunda en el seno de su Consejo de Administración es ilícita. "¿Si la pregunta es si se ha cometido un crimen? La respuesta es sí", afirma el fiscal, quien explica que se violaron los derechos de privacidad de los consejeros y de los periodistas. Pero a renglón seguido, dice que en esta fase de examen del expediente no está en condiciones de presentar cargos criminales o civiles concretos.

Eso sí, advierte de que "nadie está al margen de la ley", lo que podría traducirse en una seria reprimenda para las empresas que participaron en el espionaje y algunos de los ejecutivos de HP que encargaron la polémica investigación.

"El crimen parece que fue cometido por intermediarios de datos, pero eso lleva a preguntarse cuántos sabían de esta actividad ilícita y cuándo. La respuesta no la sabemos aún", remacha el fiscal Lockyer.

La operadora AT&T informa de que al menos 25 individuos accedieron de forma supuestamente ilícita a estos registros telefónicos. HP evita hacer comentarios sobre hasta qué punto los directores sabían que los investigadores estaban recurriendo al pretexting.

Contratar a detectives

La firma tecnológica californiana tampoco precisa qué compañía contrató para realizar la investigación de las filtraciones a la prensa, que acabó revelando que la fuente que divulgaba la información sobre las deliberaciones del Consejo de Administración era el consejero George Keyworth.

Dunn defiende la legalidad de su decisión y califica de "lamentable" la divulgación de la información confidencial que se maneja en el directorio. "El Consejo de Administración no puede actuar con eficacia si no hay plena confianza sobre las cosas que se discuten", comenta.

En los mismos términos se expresó en el pasado Carly Fiorina cuando dirigía la empresa, y que en breve tiene previsto publicar un libro sobre su experiencia en la compañía de Palo Alto. Fiorina se vio forzada a dejar el puesto de consejera delegada de HP en 2005, por diferencias con los consejeros.

La sede de HP en Palo Alto (California).
La sede de HP en Palo Alto (California).AP

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