El gambiano apaleado en Sabadell dice que le golpearon "por ser negro e ir con una española"

Bakari D, el gambiano de 32 años a quien propinaron una paliza el domingo a la una de la madrugada cerca del estadio de la Creu Alta de Sabadell, está indignado, perplejo y es bastante pesimista sobre la resolución de su caso. "Nunca había hablado con ellos", dice de los agresores, "no les conocía ni les había visto antes, y empezaron a golpearme sin mediar palabra, simplemente, porque soy africano, de piel negra e iba con una española. Para mí esto es racismo", dijo ayer a EL PAÍS. La policía niega el móvil racista. Bakari se pregunta por qué no acudió al lugar el día de la agresión.

Ayer se dio el alta a Bakari D. en el hospital Taulí de Sabadell. Estuvo cuatro días ingresado en la unidad de cuidados intensivos (UCI) con contusiones, costillas rotas y una perforación en la pleura. En la habitación, poco antes de abandonar el centro hospitalario, se mostraba intranquilo y no paraba de moverse. Mientras cogía la ropa de una bolsa de plástico expresaba su enfado. "España es un país democrático, ¿no? ¿Por qué no hacen nada para parar este tipo de ataques racistas?"

"Casi no he podido dormir estos días, no puedo dejar de pensar en lo que ocurrió", afirma. El pasado sábado por la noche, este hombre de 32 años y nacionalidad gambiana, fue a un concierto de la fiesta mayor de Sabadell. "Hacia la una fuimos a buscar el coche para regresar a casa e irnos a dormir, oí algunos chavales que iban detrás de nosotros, pero tampoco entendía muy bien lo que decían, hablaban catalán y español; de repente se acercaron por detrás".

Le asaltaron y Bakari no tuvo tiempo de reaccionar, ni siquiera de entender lo que ocurría: "Me golpearon con muchas cosas, botellas, palos; eran unos 15, no sé lo que dijeron, no lo entendía; después mi novia me lo contó".

"Me dijeron de todo"

Su compañera sentimental le explicó que los asaltantes profirieron toda clase de insultos racistas y que una chica le preguntó a ella "por qué iba con un negro, si quería tener hijos mestizos". "De puta para arriba, me dijeron de todo", señala. "Le dije a mi novia que llamara a la policía, pero se había quedado sin batería; le dije que cogiera mi móvil, pero no me oía". La mujer se puso en medio de la calle e intentó que parasen hasta cinco coches, sin éxito. Nadie se paró, "me esquivaron", precisa ella.

Entonces consiguieron llegar al coche. "Sangraba mucho, así que fuimos al hospital". Bakari estaba exasperado. "Ocurrió hace ya cinco días y todavía no sé nada, creo que es fácil encontrar a los que me pegaron, no sé por qué la policía todavía no ha detenido a nadie".

El joven gambiano se lamenta y se cuestiona: "¿Por qué la policía no fue el mismo domingo al lugar de la agresión? Había testigos, pruebas. No fueron hasta el martes con mi novia". "Me han traído un montón de fotografías y me piden que reconozca a alguien, ¿tú me reconocerías si sólo me hubieras visto una sola vez, una noche, y te enseñaran un álbum lleno de fotos de gente de color?".

Bakari lleva tres años en España, y asegura: "Nunca antes me había ocurrido nada así, nunca había tenido problemas". "¿En Italia, en Francia, en todos sitios hay mujeres blancas que salen con hombres negros, qué ocurre?".

El joven gambiano reside en Sabadell desde hace un año, pero anteriormente había trabajado en otras ciudades de Cataluña, el último sitio donde recaló fue Lleida. "Es complicado; encuentro trabajo para dos o tres días porque de momento no tengo todos los papeles, consigo algo para comer y voy tirando, pero sé sobrevivir y sé defenderme".

Igual que muchos otros inmigrantes, Bakari abandonó Gambia con la "esperanza de alcanzar una vida mejor. Vine a trabajar; cuando tengo trabajo me levanto todas las mañanas y voy al trabajo, y cuando no, lo busco".

Bakari no tiene intención alguna de dejar la ciudad y espera recuperarse pronto para volver al trabajo que consiguió en una obra. Asegura que pese a todo no está muerto. "Tengo mi vida y seguiré adelante".

El Cuerpo Nacional de Policía sigue investigando el caso y, de momento, al igual que el Ayuntamiento de Sabadell, no vincula la agresión con causas racistas. Está a la espera de lo que diga la investigación policial para pronunciarse sobre la calificación del ataque.