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Los partidarios de Brown quieren adelantar el relevo

Gordon Brown, el hombre llamado a suceder a Tony Blair como líder laborista y primer ministro, guarda silencio. Como en todas las crisis. Pero sus partidarios, por indicación suya o por iniciativa propia, se apresuraron ayer a dejar claro que la fecha planeada por los blairistas de dar paso al relevo entre mayo y julio del año que viene queda demasiado lejos y siguieron presionando para que el primer ministro haga un pronunciamiento público sobre la fecha de la transición. Se espera que Blair clarifique hoy mismo sus intenciones sobre su marcha de Downing Street.

La sola idea de que los comicios locales y regionales de mayo se celebren con Tony Blair todavía en el poder saca de quicio a los brownistas, y sobre todo a los que proceden de su feudo escocés, donde los laboristas se enfrentan a un fuerte voto de castigo en las elecciones autonómicas. "Es totalmente inaceptable", declaró el diputado laborista escocés Jim Devine, que heredó el escaño de la circunscripción de Livingstone del malogrado Robin Cook. "La sola idea de que vamos a emprender una campaña electoral para el Parlamento de Escocia entre abril y mayo con todas estas especulaciones todavía en danza no es de recibo".

Una sucesión flexible

Otros diputados, críticos con las políticas del primer ministro pero no necesariamente entusiasmados con Brown, como la actriz Glenda Jackson, aplaudieron en cambio el calendario apuntado por los blairistas.

El proceso de sucesión en el Partido Laborista es relativamente flexible porque en buena parte está en manos del comité ejecutivo nacional. Lo normal es que, si hay varios candidatos, se convoquen unas elecciones primarias en el seno del grupo parlamentario, que duraría entre seis y ocho semanas.

Gordon Brown es hoy por hoy el gran favorito, pero se han desvanecido las posibilidades de que sea elegido por aclamación. El izquierdista John McDonnell, que propugna el retorno al viejo laborismo anterior al blairismo, ya ha dicho que se presentará a las primarias. Otros no lo han dicho, pero podrían hacerlo si Blair y Brown no pactan la transición.

Se barajan los nombres de John Reid (el actual hombre fuerte de Blair en el Gabinete), Alan Johnson (figura ascendente del blairismo), Charles Clarke (ex ministro desencantado con Blair y distanciado de Brown) y David Miliband (joven, brillante y ambicioso, aspira a ser líder tras la era Brown). En la recámara quedan nombres como Jack Straw (siempre maniobrando en la sombra) y Alan Milburn (profundo blairista más bien en declive), Peter Hain (entre las dos corrientes y siempre dispuesto a ascender) o Hilary Benn (hijo más bien centrista del histórico izquierdista Tony Benn).

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