Muertes sin excusas
Los últimos 11 días han dejado un balance negro en Andalucía: cinco mujeres muertas, presuntamente, a manos de sus parejas o ex parejas La primera, Carmen Serrato, de Osuna (Sevilla), el 26 de agosto. La última, residente en Roquetas de Mar (Almería) e identificada como K. N., cuyo cadáver fue descubierto la noche del martes. ¿Es casualidad tal acumulación de casos en la comunidad? ¿Pueden influir factores como el calor o un cierta actitud mimética?
Expertos en violencia de género de diferentes ámbitos discrepan sobre la influencia de estos factores, pero coinciden en que, a lo sumo, pueden favorecer el paso a la acción de alguien que ya tenía pensado matar. "La violencia no produce violencia en el no violento", advierte el forense Miguel Lorente, coordinador de los institutos de medicina legal de Andalucía y experto del Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer.
Expertos discrepan sobre la influencia del calor y el mimetismo en los últimos casos de violencia de género
Efecto contagio
Lorente no cree que se pueda hablar de un "efecto contagio" en los últimos casos de violencia machista en la comunidad, aunque el mimetismo sí puede ser un factor "precipitante". "La exposición a la noticia puede dar pie a la imitación en los que ya tenían pensado matar. Pero no se puede achacar a las noticias el hecho de que se produzcan más muertes".
En parecidos términos se expresa Andrés Montero, presidente de la Sociedad Española de la Psicología de la Violencia. "Algunas informaciones pueden activar un mecanismo mental. Si un hombre ha pensado en matar a su pareja, es más sencillo que se decida a hacerlo después de un caso en su entorno", advierte.
Médicos y psicólogos coinciden en que las agresiones machistas son el resultado de muchos años de maltrato, por lo que no se puede considerar el mimetismo como un factor determinante. "Sería triste pensar que somos tan simples como para matar a la pareja porque otros lo hacen", señala Francisca Expósito, profesora titular de la Facultad de Psicología de Granada.
El decano del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Oriental, Manuel Mariano Vera, sí que se atreve a decir que el "efecto llamada" ha favorecido la concentración de casos en las últimas semanas en Andalucía, aunque, como sus compañeros, insiste en que este factor sólo "funciona como motor" en personas que previamente ya habían pensado en matar a su pareja.
Los expertos discrepan también sobre la influencia que puedan haber tenido las altas temperaturas en los últimos casos de violencia. Hay consenso al señalar que las temperaturas extremas nos hacen más irascibles, pero no en que el calor pueda haber favorecido la acumulación de sucesos. El decano de los psicólogos se sitúa entre los que consideran que el calor "puede influir mucho". "Dispara los niveles de estrés y puede causar conductas agresivas". "Pero no es la variable más importante", advierte.
Ángeles Álvarez, portavoz de la Red Estatal de Organizaciones Feministas contra la Violencia de Género, cree que el calor, igual que otros factores como el consumo de alcohol, aumentan la probabilidad de que se produzca una agresión, e incluso, la gravedad de la misma. "Pero ni mucho menos se puede considerar el alcohol o el calor como el origen del problema. Hay más alcohólicos que maltratadores".
Miguel Lorente también cree que el calor "jamás puede justificar la violencia". "Todos pasamos el mismo calor y no matamos a nadie. Si el calor fuera la causa, bastaría con poner aires acondicionados y no habría que hacer una ley", ironiza.
Vacaciones
Puestos a buscar causas que expliquen la acumulación de agresiones mortales, algunos señalan a las vacaciones de verano. "La pareja pasa más tiempo junta y hay más posibilidad de enfrentamiento", afirma Francisca Expósito, cuya apreciación coincide con la del presidente de la Sociedad Española de Psicología de la Violencia: "En vacaciones hay mayor exposición de la víctima al agresor". No obstante, Montero cree que la violencia de género se explica por factores "más permanentes".
Los expertos coinciden en que cada caso es único, pero hay un elemento común en cuatro de las cinco últimas muertes: el agresor intentó suicidarse tras el crimen (aunque sólo uno lo consiguió). Casi todos los expertos coinciden en que esta tendencia se debe al aumento del rechazo social. "Los agresores ya son conscientes de que todo el mundo les va a recriminar su acto", señala Francisca Expósito, a quien le llama la atención que haya tantos agresores que fracasan en su aparente intento de suicidio. "Puede que sea una forma de intentar despertar pena, de rebajar el castigo que anticipan que van a recibir".
Andrés Montero expone una teoría alternativa: "Yo creo que se suicida porque se le ha derrumbado el mundo de dominación que construyó durante años. Se le viene abajo uno de sus ejes vitales y se da cuenta de que la vida ya no va a tener sentido".
Más denuncias
La consejera para la Igualdad, Micaela Navarro, reclamó ayer el esfuerzo y la colaboración de todas las instituciones e instancias sociales para erradicar la violencia de género, tras lo que calificó un "duro verano", que ha elevado a 12 la cifra de mujeres fallecidas en la comunidad a causa de esta "lacra social".
En una comparecencia en el Parlamento, Navarro señaló que las últimas muertes de mujeres acaecidas en Andalucía hacen necesario aún más la colaboración y coordinación para atajar esta violencia.
Para la consejera, las denuncias -29.835 en España y 6.892 en Andalucía hasta junio de este año- "no hacen más que recordar la magnitud del problema". "A pesar de las situaciones, las mujeres son conscientes de que, sin denuncias, es imposible tomar ninguna medida", aseveró.
Por ello, abogó por ser capaces de hacerlas entender la necesidad de denunciar las agresiones, a pesar de la situación emocional y deterioro psicológico que presenten y recomendó a las víctimas de violencia de género "que nunca minimicen el riesgo al poner una denuncia y pongan en conocimiento del juez todos los datos para que la autoridad tome medidas que se ajusten a la gravedad de los hechos".
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