Mas descarta pactar con el PP, pero aclara que no puede impedir que le apoye
Las relaciones entre las dos fuerzas de la derecha en Cataluña, CiU, y PP, atraviesan uno de sus peores momentos y el aspirante de CiU a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, aseguró ayer que no piensa establecer ningún acuerdo "permanente o estable" tras las elecciones autonómicas de 1 de noviembre "ni en el caso de necesitar sus votos". Sin embargo, el líder nacionalista dijo también que no puede evitar que los diputados del PP le voten la investidura como presidente si llega el caso y hay mayoría de centro-derecha en la Cámara.
Mas explicó ayer en Madrid su visión de la situación política catalana en un desayuno organizado por Europa Press. El candidato nacionalista expuso que su objetivo en estas elecciones es lograr que CiU sea el primer grupo parlamentario. Y si lo consigue, adelantó, "CiU condicionará su implicación en la política del conjunto del Estado a que se respete al ganador de las elecciones catalanas".
El sucesor de Jordi Pujol aseguró que no ha tratado de este asunto con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Pero mantuvo que "no tendría sentido que no se respetara el resultado electoral después de los acuerdos de alto nivel" alcanzados por él mismo con el presidente en la negociación del Estatuto de Autonomía. "Como que no tenemos ninguna garantía, vamos a ver qué ocurre", añadió.
El temor de los nacionalistas catalanes es que el 1 de noviembre se repita lo que sucedió en 2003 en las últimas elecciones autonómicas. CiU logró entonces el mayor número de diputados, aunque el PSC obtuvo más votos. Y los tres partidos de la izquierda, PSC, ERC e ICV-EUiA, lograron una holgada mayoría frente al bloque de centro-derecha formado por CiU y Partido Popular.
José Montilla, el candidato socialista que compite con Mas para la presidencia de la Generalitat, confirmó ayer que la segunda plaza de su lista electoral la ocupará el actual consejero de Economía del Gobierno de Pasqual Maragall, Antoni Castells. La tercera plaza la ocupará la vicepresidenta del partido, Manuela de Madre, y la actual consejera de Interior, Montserrat Tura, será la cuarta.
Montilla ha situado a Castells en este puesto para salir al paso de quienes interpretan la retirada de Maragall como el arrinconamiento de la tradición más catalanista del PSC. Castells se reivindicó el domingo a sí mismo como identificado con lo que denominó como "alma maragallista" del socialismo catalán.
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