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Los Príncipes, en la penúltima fila

Los Príncipes de Asturias, con su hija, la infanta Leonor -dormida en los brazos de su madre-, ocuparon ayer asiento entre el pasaje general de un vuelo regular entre Ibiza y Palma de Mallorca. En la fila 14 de las 15 del avión bimotor de hélice en una ruta de Iberia operada por Air Nostrum, comprobaron las servidumbres que los ciudadanos baleares han de superar en los viajes internos entre las islas y desde el archipiélago con la península, en líneas regulares. Felipe de Borbón, Letizia Ortiz y su hija Leonor se hallaban en el aeropuerto de Ibiza -tras asistir el sábado en la isla a la boda de un compañero de estudios del Príncipe en Estados Unidos-, y al igual que el resto de pasajeros (poco más de medio centenar) tuvieron que aguantar en aquella hora calurosa del mediodía un retraso de dos horas en la salida del vuelo IB 8111 con destino a Palma de Mallorca. El piloto de la pequeña aeronave, en la que no se despachan clases diferentes ni hay compartimentos separados, en su saludo al despegar se exculpó con incomodidad, esmero y muchos detalles por la demora impuesta a los clientes. La razón de la dilación fue la llegada con retraso del avión en una ruta anterior. El breve vuelo Ibiza-Palma, de apenas media hora en condiciones normales, tenía prevista la salida a las 13.10 y lo hizo a las 15.10. El pasaje, según relato de dos testigos, no sufrió incomodidades ni registros especiales por la presencia de Felipe y Letizia a bordo. Al aterrizar en Palma una furgoneta recogió a los Príncipes, que iban con cuatro personas de compañía, y cargó su abultado equipaje, de boda y asistencia infantil. Su viaje fue privado, en clase turista y con retraso.

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