Memoria histórica con el Sáhara español
Estos días, miles de niños saharauis están regresando a sus casas -en los campos de refugiados de Tinduf-, después de pasar un par de meses acogidos por familias españolas. En su inmensa mayoría, son nietos de aquellos españoles que hace más de treinta años vivían colonizados en la provincia española número 53, que llamábamos "Sáhara español".
Ahora que tanto se habla de recuperar memorias históricas, quizá convendría recordar cómo abandonamos a aquellas personas en un desastroso proceso de descolonización, que acabó con la invasión del territorio por mauritanos y marroquíes, obligándoles a repatriarse al rincón más inhóspito del Sáhara argelino para evitar las consecuencias. Pasado este tiempo, la situación no ha podido ir a peor. Aunque Mauritania abandonó el territorio ocupado, Marruecos ha levantado, a manera de frontera, un muro de cemento y minas de casi tres mil kilómetros y así se ha apoderado de prácticamente todo el Sáhara Occidental. Éste ha podido ser el resultado de los pactos secretos que España suscribió en su día, antes de abandonar la colonia.
Hoy, unos ciento ochenta mil saharauis viven en campamentos de refugiados sin medios de desarrollo. El trabajo de algunas ONG hace que los niños más pequeños pasen unos días con nosotros, alejados de las temperaturas extremas del verano, reciban atención médica, imprescindible en esas edades, y el cariño de muchas familias. El contrapunto lo pone el olvido político. Es otra muestra del desencuentro de la gente corriente de la calle con la clase política, que parece no estar interesada en solucionar un problema que no les puede ser ajeno.
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