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Mundial de baloncesto 2006
Columna
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Certezas y dudas

Llegados a este punto del campeonato, cada partido de España arroja certezas y presenta dudas que sólo el transcurso de los próximos acontecimientos confirmarán o desmentirán. No puede ser de otra forma, pues según retos y recompensas van en aumento, esperanzas y miedos se incrementan en la misma medida. Después de seis partidos, no cabe duda de que España se encuentra en unas alturas a las que la mayoría de equipos no pueden acceder. Serbia es uno de ellos. El baloncesto serbio no está en crisis, pues basta ver la relación de jugadores que por uno u otro motivo han renunciado a estar presentes en este Mundial. Darían para formar un equipo mejor. Pero el equipo nacional sí. Egoísmos, problemas de liderazgo, hartazgo de algunos o falta de solidaridad de otros, el caso es que lo que ha traído a Japón no hace honor a un país sin el cual la historia de baloncesto mundial sería diferente. En estas circunstancias, incluso una España menor, con muchos problemas para jugar como le gusta y con dos de sus jugadores más emblemáticos, como son Navarro y Garbajosa, viviendo una tarde desacertada, no tuvo el más mínimo problema para colocarse a una sola victoria de plantarse en la lucha directa por las medallas e igualar la mejor clasificación de la historia del baloncesto español. Bastó un poco de Calderón, cada día más oportuno en su decisión de dar un paso al frente cuando detecta problemas en sus compañeros, otro tanto de Rudy, el mejor sexto hombre por su capacidad para desarrollar su juego sin importarle los minutos con los que cuenta, y un mucho de Pau. La selección se ha plantado en este Mundial con una idea fija, pero es Gasol el que parece más comprometido con este objetivo. No es que los demás no lo estén, pero a Pau es al que más se le nota. Sobre todo en los aspectos que se refieren al trabajo colectivo. Rebotea, intimida y hace casi siempre lo conveniente. Ayer tuvo problemas en un principio con Milicic, que resolvió sin apresuramiento, todo lo contrario que Garbajosa, al que siempre se le observó ansioso por encontrar su juego. Gasol se dedicó a incrementar su aportación reboteadora, taponadora y otras cuestiones intangibles, sabedor que los puntos terminarían por ir apareciendo.

Calderón siempre está para dar un paso al frente cuando intuye problemas en sus compañeros
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Pero si el estado de Gasol es una garantía, alguna que otra cuestión quedó en el aire. En los dos partidos más exigentes que ha tenido España, aún resolviéndolos con cierta claridad, ha sufrido para imponer su criterio de juego. Ni contra Angola, ni frente a Serbia ha jugado de la forma en la que España resulta más convincente. A campo abierto, haciendo correr el balón y moviéndolo con fluidez en el ataque estático. Esto lleva los encuentros hacia otras tesituras, donde si bien ante estos dos equipos también fueron favorables, puede suponer un problema cuando el grado de entidad de los rivales vaya en aumento. No lo sabremos hasta que alguien sea capaz de no sólo llevarnos a su terreno, sino saber luego aprovecharlo. Habrá que vivir con la duda, parecida a la de poder medir la capacidad de solventar un encuentro igualado o el peso de la ausencia de Felipe Reyes, al que todo apunta que no veremos en todo el Mundial. Aunque a todos nos gustaría tener la respuesta para sentirnos seguros, también hay que reconocer que, si viviésemos en la certeza, todo sería mucho más aburrido.

Sergio Rodríguez y Calderón se felicitan tras el partido.
Sergio Rodríguez y Calderón se felicitan tras el partido.ASSOCIATED PRESS

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