Explorador de la vanguardia
Haroldo de Campos (São Paulo, 1929-2003) es una de las voces más fieles de la poesía latinoamericana del siglo XX. Identificado con el Movimiento Concretista, del que fue uno de sus principales apóstoles internacionales, su poesía se ha visto, en ciertos aspectos, demasiado vinculada a aquel primer periodo de los años cincuenta en que su vanguardismo de raíz formalista era más acusado y ganó más adeptos. Sin embargo, la obra de Campos (no sólo poética, sino también crítica y de traducción) es mucho más que aquel vanguardismo radical y valiente del grupo Noigrandes, y no es difícil que en sus poemas y en sus lúcidos ensayos críticos se den la mano, en más de una ocasión, los poetas de la modernidad con los provenzales, los grandes autores de principios del siglo XX con los clásicos orientales, traducciones de Homero o del Génesis con Goethe, Pound o Mallarmé.
CRISANTIEMPO
Haroldo de Campos
Traducción y prólogo de Andrés Sánchez Robayna
Acantilado. Barcelona, 2006
208 páginas. 15 euros
Sánchez Robayna indica
en su prólogo que Crisantiempo es el testamento poético de Haroldo de Campos, y bien pudiera serlo si tenemos en cuenta que las claves compositivas del libro son las mismas que articulan toda su producción literaria: la traducción (casi siempre entendida como "transcreación"), la aparición de elementos autobiográficos transfigurados, la exploración del lenguaje y la búsqueda incesante del límite de la palabra, pero siempre sin perder de vista ciertos referentes realistas que justifican la aparición de la visión intelectual del mundo que atesora este "inmenso poeta-pensador", como lo definió Jacques Derrida. Todo ello aparece en este libro en el que el lector viaja, de la mano de una poesía que une vanguardismo y barroco, atravesando espacios reales (Jerusalén, México, Manhattan, Canarias) y paisajes interiores de diversas tradiciones (en un ecumenismo poético en el que siempre destacan las referencias al mundo oriental). Un libro, en definitiva, de un autor siempre identificado con la poesía concreta (a pesar de que él mismo intentó varias veces, a lo largo de su vida, ser leído desde una posición más neutral), pero que es mucho más que eso, y que, sin abandonar su propio camino, explora las vías más rigurosas que dejaba entrever, en la segunda mitad del siglo XX, la cadena de la vanguardia: "preciso / es tener ausencia / sutileza / tactos / amor (el acto y los entreactos) / dolor utilidad temor querencia / para hacer de este papel / poema / de esta que mana del estilete azul / oscura tinta esferográfica".
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