¿Sequía?
A veces utilizamos palabras y expresiones de forma incorrecta sin darnos cuenta, no suele ser grave, en toda comunicación humana aparecen errores e interferencias que no suelen ser percibidos o, en el mejor de los casos, son obviados. El problema surge cuando empleamos los términos equivocados sin darnos cuenta y perpetuamos así una visión falsa y bastarda de la realidad.
Una de estas palabras es la "pertinaz sequía". Todos los veranos hablamos de ella, pero si nos atenemos a la definición del diccionario de la Real Academia encontramos que la sequía es: "Tiempo seco de larga duración". Es decir, lo más normal del mundo en la península ibérica, donde el clima mediterráneo es predominante y se caracteriza por los veranos largos, secos y calurosos.
Así que ahora la palabra la aplicamos cuando hay restricciones de agua, ora en el campo, ora en las ciudades. Con lo cual estamos pervirtiendo la realidad. Si hay carencias de agua y las reservas de los pantanos están bajas quizá haya que pensar al revés, no es que haya poca agua, es que hay demasiada gente y se están sobreexplotando unos recursos más que limitados en un clima como el mediterráneo.
¿Hay sequía o hay un incremento de población más que considerable durante el verano en las zonas de costa? ¿Hay sequía o hay demasiados campos de golf? ¿Hay sequía o se está intentando sobreexplotar el agro a base de regar la máxima extensión posible? Puede que si se pregunta a los beduinos ellos no consideren que haya sequía en el desierto del Sáhara. Ahora bien, pongamos unos cuantos campos de golf, unas cuantas urbanizaciones con piscinas individuales y unos cuantos campos de regadío y probablemente entonces se empiece a decir que la "sequía" ha aparecido en el desierto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.