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La delincuencia es ya la principal preocupación de los argentinos

El presidente Kirchner se enfrenta a la movilización ciudadana

Jorge Marirrodriga

Hace una semana, cuando Gonzalo Machado, un estudiante argentino de psicología de 21 años, se disponía a entrar en un coche donde le esperaban otros dos amigos, un hombre se acercó a él, y tras propinarle un puñetazo en el rostro, le introdujo a la fuerza en el auto. Al mismo tiempo, otro individuo ponía una pistola en la cabeza de otro de los jóvenes y ocupaba el asiento del conductor. "Comenzaron entonces a dar vueltas durante una hora y media", explica Machado, cuya experiencia viene a sumarse a una creciente oleada de delincuencia que asuela la capital argentina y el gran Buenos Aires, y que se ha convertido en un importante factor con vistas a las aspiraciones de victoria del presidente Néstor Kirchner en las elecciones de 2007.

Los asaltantes trataban de averiguar si el coche llevaba un localizador satelital, un dispositivo que han adoptado muchos porteños como medida de seguridad. De hecho, una encuesta revela que el 48% de los porteños sitúan a la delincuencia como su primera preocupación, a gran distancia de otros factores, como el desempleo. Otro sondeo aparecido hace algunas semanas revelaba que el 55% de los habitantes de Buenos Aires no se siente seguro viviendo en la ciudad. Los medios hablan de la detención de un violador en serie que actuaba en una atestada línea del metro, o de un psicópata que en varias ocasiones efectuó disparos indiscriminados -con muertos y heridos- en una zona comercial de la capital, pero los sondeos muestran una creciente preocupación por los asaltos a viviendas y robos con violencia. El 57% de los vecinos de Buenos Aires se muestran partidarios de poseer un arma de fuego.

Protesta en las calles

Kirchner, quien prácticamente no ha tocado el tema de la delincuencia en sus intervenciones, ha recriminado al ministro del Interior, Aníbal Fernández. "Ministro, la policía debe dar seguridad", subrayó durante la presentación del Plan Nacional de Desarme. Sin embargo, destacados analistas argentinos como Joaquín Morales Solá, del diario La Nación, apuntan a que el mandatario ha colocado el tema sobre la mesa sólo después de que el carismático empresario Juan Carlos Blumberg convocara para el próximo día 31 una manifestación en la plaza de Mayo, prácticamente bajo el despacho de Kirchner, contra la delincuencia. Blumberg es el padre de un joven secuestrado y asesinado en 2004 cuya movilización ciudadana ya forzó entonces al presidente a poner en marcha un plan de choque contra la violencia.

Como entonces, las víctimas de la delincuencia se quejan ahora de la impunidad con la que actúan los asaltantes. "Incluso pararon en una gasolinera para comprar una linterna y buscar bien el localizador del coche", relata Gonzalo Machado. Hay más ejemplos. El psicópata que disparaba indiscriminadamente huía a veces en bicicleta o simplemente cogiendo un autobús en la siguiente esquina.

Kirchner en la actualidad tiene a la oposición prácticamente desarbolada, con un centro-derecha fuerte únicamente en la capital, y un centro-izquierda -la Unión Cívica Radical- a punto de la escisión formal entre opositores y partidarios del presidente argentino. Y es en este marco donde ha resurgido la figura de la única persona capaz de llevar hoy por hoy la protesta popular a uno de los lugares más emblemáticos del peronismo. Con un 62,9% de popularidad, Blumberg es visto por el centro-derecha como un candidato ideal a gobernador de la provincia de Buenos Aires -cuyo electorado es decisivo en las presidenciales- y como un importante apoyo con vistas a las aspiraciones de otros candidatos como el líder de Propuesta Republicana, Mauricio Macri, pero además su reivindicación atraviesa todo el arco político. La convocatoria a la manifestación del día 31 ha recibido el respaldo de sectores muy diversos.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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