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Crónica:FÚTBOL | Fase previa de la Liga de Campeones
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Valencia vuelve entre los grandes

El equipo de Quique, con un excelente Silva, vence con facilidad al Salzburgo

A lomos de un Silva sobresaliente, el Valencia regresó anoche a la Champions tras dos años de ausencia. El joven media punta canario jugó un partido pletórico de calidad y de fuerza que completó con un gol en el último suspiro. Silva es la chispa que tanta falta le hacía al Valencia, una bocanada de aire fresco, y encontró en Villa el aliado perfecto. Los dos pequeños jugadores resultaron decisivos tanto como Edu para marcar las distancias técnicas que los separan del Salzburgo, más rodado físicamente, pero limitadísimo en el ataque.

Mestalla se preguntaba qué tipo de jugador es Edu. Podía intuirlo, pero no lo sabía. Un zurdo muy técnico, de la vieja escuela brasileña, alto y lento, pero... indefinido. Había estado inédito casi todo el curso pasado por una tremenda lesión de rodilla. Y ayer, por fin, la baja de Baraja le proporcionó una oportunidad, en un partido de verdad, de confirmar la fama que le precedía del Arsenal. La aprovechó. Su bota izquierda es un guante de seda. La pelota viaja encantada cuando la lanza el brasileño. Sobre todo, si el destinatario del pase es Villa, que convierte la seda en oro, es decir en una ocasión de gol tras otra. Entre ambos forjaron los dos primeros goles. El primero fue un pase interior de Edu que Villa dejó pasar para encarar al portero Ochs. Una vez lo tuvo a tiro, el asturiano, pese a que llegaba forzado, no disparó al tuntún. Nunca lo hace. Quiso colocar el balón o, lo que es lo mismo, cruzarlo hacia el otro lado. El portero se alargó lo suficiente para que se le escapara el cuero, que lo recogió agradecido Morientes y marcó su primer gol importante con el Valencia. Sostiene Morientes que Villa es el mejor delantero de España. No tiene ninguna duda. Los defensas austriacos, tampoco. Anoche fue una pesadilla para ellos.

VALENCI 3 SALZBURGO 0

Valencia: Cañizares; Angulo, David Navarro, Albiol, Moretti; Silva, Albelda, Edu (Marchena, m. 87), Vicente (Gavilán, m. 73); Villa y Morientes (Regueiro, m. 70).

Salzburgo: Ochs; Bodnar, Linke, Vargas, Dudic; Tiffert (Vonlanthen, m. 56), Carboni, Kovac (Jezeko, m. 65), Pitak; Osorz (Lokvenc, m. 46) y Aufhauser.

Goles: 1-0. M. 11. Morientes remacha a gol un rechace del portero tras un disparo de Villa. 2-0. M. 32. Villa tira un penalti, el portero desvía el balón, que pega en el palo y el rechace lo remata el propio Villa. 3-0. M. 90. Silva, raso.

Árbitro: Lubos Michel. Amonestó a Bodnar, Angulo, Tiffert, Vargas y Cañizares.

Unos 45.000 espectadores en Mestalla. Clasificado el Valencia por el tanteo global de 3-1.

También en el segundo gol. Otra vez Edu recuperó el balón en la zona de tres cuartos, levantó la cabeza y vio cómo Villa se perfilaba aprovechando que la zaga austriaca había tirado mal el fuera de juego. Edu levantó el cuero como si el pie fuese una mano y, cuando Villa trató de atraparlo, el defensa Carboni lo tocó con la mano. El penalti lo lanzó Villa. La magnífica estirada de Ochs a su derecha le permitió desviar el balón al poste, que escupió la pelota hacia el centro, donde estaba Villa, que remachó con la izquierda.

Respecto a la ida, el Valencia mejoró en el aspecto ofensivo. La alineación tuvo mucho que ver. Especialmente por la entrada de Silva, que ha llegado a la pretemporada en un estado de forma extraordinario. Y, como le sobra clase, su puesto en el equipo está garantizado. Aunque sea por la derecha, como ayer, alejado de la media punta, que es su hábitat natural. Pero no el único. Puede adaptarse a distintas posiciones. Tiene regate, pase y gol, además de una enorme imaginación. Es la mejor noticia que ha recibido Quique. También Angulo como lateral derecho en vez de Curro Torres le dio más energía por el lado derecho.

Con Trapattoni en el banquillo, el Salzburgo sólo venía preparado para defenderse. Cañizares se pasó la noche en tensión, pero sin intervenir. Las limitaciones técnicas de los austriacos quedaron expuestas. A pesar de que el Valencia entregó el balón y el campo tras la reanudación. Quiso esperar y contraatacar. Le faltó frescura. No salía gente en los contragolpes. El proscrito Ayala bostezaba en la grada mientras el Valencia reculaba y el Salzburgo acumulaba córners a su favor.

Quique oxigenó el equipo con Regueiro y Gavilán, que ocupó el puesto de un Vicente ofuscado. El público ovacionó a Silva, que se quedó exhausto. El relevo se lo dio Villa, rey de la picaresca, pegado en el pico del córner, protegiendo el balón, perdiendo tiempo, y sin que un batallón de jugadores austriacos se lo quitaran. De la magia de Villa se aprovechó Silva. Le cayó el balón procedente del escuadrón que perseguía a Villa y marcó de tiro raso y cruzado. Justo premio a su partidazo.

Morientes, tras marcar el primer gol.
Morientes, tras marcar el primer gol.SANTIAGO CARREGU

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