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VIAJES INVENTADOS
Columna
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Energy Power Chess

Viernes 5 de mayo de 2006

Por fin es viernes y estoy en Ekaterimburgo, capital de los Urales. En Ekaterimburgo hay más de 20 cines, muchos museos (El Museo del Arte, El Museo de la Región, El Museo de Arquitectura y Técnica Industrial...), muchas galerías, lugares de interés y diversión. Esto no es que lo sepa de memoria, lo estoy leyendo en un folleto. Pero el hecho de que yo este aquí en la puerta del café Sverdlovsk, no tiene nada que ver con los más de 600 monumentos de cultura e historia que convierten a la capital de los Urales en una de las ciudades históricas de Rusia, sino con un hombre que nació hace 55 años en un pueblecito llamado Zlatoust, a 255 kilómetros de aquí. Voy a entrevistar a Anatoli, de apellido Kárpov.

11.15. He supuesto que llegaría puntual, pero ha venido 15 minutos antes. ¡Mi tiempo es oro!, me dice antes de saludarme a la eslava. ¿Os acordáis de la foto de Bréznev con Honecker?, pues eso. Yo tenía la imagen de Kárpov como de un hombre frío, pero en absoluto, es afable, cercano y besa de maravilla, ahora el pelo lo tiene "churretoso" efectivamente.

-Podemos hacer la entrevista mientras paseamos, si te parece.

-Me parece bien, Anatoli Kárpov.

Empezamos a andar pero más que un paseo errático por las calles de Ekaterimburgo, parece que vayamos a un sitio determinado, y rapidico. Kárpov se muestra locuaz. Se lamenta de la situación del ajedrez. Despotrica contra la FIDE y su presidente Ilyumzhinov, del que dice "que es más tonto que un afilamazas". Habla de los tiempos pasados, pero sin mostrarse excesivamente nostálgico porque sigue en activo. "Estoy hecho un tritón" y sobre todo habla de su archirival Kaspárov. Aquí van algunas perlas: "Kaspárov es más falso que un rublo de madera", "he conocido coles de Bruselas más interesantes que Kaspárov", "nunca me miraba a los ojos porque se hacía caquita", etcétera.

-Ya te he dado bastantes titulares. Ahora quiero enseñarte algo realmente interesante.

12.40. Estamos ante un edificio de dos plantas, que alguna vez fue un conservatorio pero que ahora es una especie de almacén. Entramos en él. Esta lleno de cajas de cartón.

En las cajas de cartón pone: Energy Power Chess.

-Te presento la bebida energética del futuro.

Kárpov tiene el pelo churretoso, es una caja de sorpresas.

-Olvídate del Redbull muchacho porque ha llegado: ¡Energy Power Chess!

En esas interminables partidas con Kaspárov que duraban hasta nueve y diez horas, Kárpov, para aguantar, bebía de un termo cuyo contenido sólo su madre conocía. Ahora con esa fórmula secreta el maestro del ajedrez ha creado una bebida energética, con la que espera hacerse millonario, aún más. Para qué quieres alas, si puedes ser un cohete es su eslogan.

Me pide que lo pruebe. Tiene un sabor dulzón y también sabe un poco a jarabe.

-¿Qué te parece?, ¿cómo te sientes?

No me siento mal la verdad, de hecho me siento bien.

Empiezo a sentir un cosquilleo en las manos y en la espalda. De repente una sensación de felicidad me invade. Me gusta el color naranja. No sé si estoy flotando pero me siento ligero. Cierro los ojos pero veo a través de los párpados. Amo a todo el mundo. El enanito verde me mira y me pregunta cómo he llegado hasta allí.

-No lo sé enanito verde -le digo- pero te quiero.

Una alfil gigante tiene una puerta en su base. La puerta es pequeña, me agacho y entro. Estoy en una habitación donde los muebles están en el techo. Una cara que flota me mira preocupada. La cara es la de Kárpov.

-¡Joaquín, Joaquín! ¿Estás bien?

Abro los ojos. Estoy tumbado en el suelo del almacén.

-Kárpov, la bebida va a ser un éxito.

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