El vino inglés pide paso
Caldos de Kent, Surrey y Sussex conquistan concursos internacionales.
La cosecha va a ser la mejor de todos los tiempos", anticipa Christopher White, director de Denbies Wine Estate, principal productor de vinos ingleses. ¿Vino inglés? ¿De calidad? Suena a fantasía, pero es una realidad confirmada en concursos y catas internacionales. Espumosos de Surrey, Kent y Sussex, en el sur de la isla, poco tienen que envidiar a los reputados líquidos de la región francesa de Champaña. "No sólo competimos sino que también batimos a los franceses en calidad. En catas a ciegas, espumosos ingleses están ganando a otras marcas de champán. Sólo nos aventajan en cantidad", celebra White.
Denbies Greenfields, cosecha de 2003, elaborado en Dorking (Surrey), ganó la medalla de oro en la International Wine and Spirit Competition, el pasado julio. Otro vino inglés, el Nyetimber Classic Cuvée, cosecha 1998, fue declarado mejor espumoso producido fuera de la región de Champaña. Este viñedo especializado de Kent arrasa internacionalmente desde 2003.
"La calidad está mejorando desde hace 10 años. La industria ha madurado y está guiada por profesionales. Son productores muy bien formados", explica Robert Veardsmore, de la Asociación de Vinicultores del Reino Unido.
La revolución de la vinicultura se sitúa a principios de los noventa. Alentados por químicos y geólogos, algunos propietarios agrícolas experimentaron con diferentes tipos de uva en la mitad sur de la isla. Se plantaron las variedades alemanas entonces dominantes, que dan un blanco dulzón, y se identificaron otras favorables al clima y al terreno. Entre las más extendidas destacan pinot noir, chardonnay y pinot blanc, las mismas castas con las que se produce el champán.
"Nuestra tierra es muy similar a la de la Champaña. Plantamos uva en laderas con orientación sur, sobre un suelo de caliza y con un clima cada vez más cálido", señala el director de Denbies. "Y dada la cercanía del mar, no sufrimos heladas en la primavera", añade Dermot Sugrue, enólogo de Nyetimber.
"El clima ha mejorado en la última década y este año ha sido perfecto. Una primavera suave seguida de altas temperaturas en junio y julio. Las previsiones dicen que el buen tiempo continuará y, salvo imprevistos, tendremos una cosecha tremenda", anticipa Sugrue, de 32 años y licenciado en enología. Sugrue lleva tres temporadas al cuidado de las cepas de Nyetimber (Kent). Un sistema informático controla la elaboración y producción de unas 50.000 botellas al año.
Los vinateros sí han descubierto una veta próspera. En julio de 2005 se contabilizaron 369 viñedos repartidos entre 790 hectáreas de Inglaterra y Gales, con una producción en torno a los 2,5 millones de botellas. Sorprende encontrar entre los protagonistas del sector a un productor francés, Didier Pierson, quien ese mismo año plantó 22.000 cepas de chardonnay y pinot noir en el valle Meon (Hampshire). Su primera cosecha saldrá hacia 2008. "Que vengan los franceses eleva nuestro prestigio y refuerza la convicción de que se puede producir vino de calidad en Inglaterra", según el director de Denbies.
"Nuestro problema es no poder atender la demanda. Acabamos de comprar tierras para extender nuestros viñedos", comenta White. En menos de una hectárea, Denbies cultiva 18 variedades de uva y elabora 10 tipos de vino. Encabeza, con Chapel Down, la producción inglesa: blancos, rosados y, en menor medida, tintos. Sus botellas se descorchan en el Palacio de Buckingham, en cenas de ministros europeos y en restaurantes de lujo. "Sí, estamos en un buen momento", señala el secretario de la asociación del sector. "Todos los viñedos están creciendo mucho y veremos un gran incremento de la producción en cuatro años".
La producción inglesa se agota cada año. El volumen de ventas parece insignificante frente a los seis millardos de botellas que se venden de champán o los 220 millones de botellas de cava que se producen en Cataluña.
"No exportamos nuestros caldos, pero los franceses venden menos vino en Reino Unido. La elección de caldos y espumosos en los supermercados británicos es enorme. A la gente le gusta probar vinos diferentes y eso nos beneficia", presume White.
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