La policía sigue nuevas pistas por la desaparición de la joven de Motril
María Teresa Fernández Martín tenía 18 años cuando su padre la vio por última vez tras dejarla en una parada de autobús de la Avenida de Andalucía, en el centro de Motril (Granada). Era un 18 de agosto de 2000, y la joven iba al encuentro de sus amigos para ver un concierto de las fiestas patronales de esa localidad costera. Después de seis años sin noticias de su hija, nuevas líneas de investigación abiertas por la Policía para esclarecer el caso han devuelto a los padres de María Teresa la esperanza de dar con su paradero.
La semana pasada, Antonio Fernández se reunió con los agentes, quienes le comunicaron que la investigación "puede dar un vuelco total y dar una gran sorpresa", si prosperan las tesis sobre las que trabajan. Los investigadores han tomado ya declaración a varias personas y se espera que las revelaciones "más esclarecedoras" las proporciones una persona que está en el extranjero y a la que se interrogará en breve, informa Efe.
Los policías, que en su momento llegaron a interrogar a Tony King, el presunto asesino de las jóvenes malagueñas Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes, han reemprendido la investigación desde el principio. Una de las vías que consideran los agentes es la posible relación de la desaparición de María Teresa con una persona de su entorno más próximo. No obstante, tampoco se descarta que el responsable de su desaparición sea alguien que la conociera de fuera de ese círculo, o una persona que compartiera alguna actividad social o cultural frecuentada por la joven motrileña.
Aunque los progenitores de María Teresa han acogido las nuevas pesquisas policiales con "esperanza y cautela", la madre, también llamada Teresa, indicó a Europa Press que no quieren "poner demasiadas esperanzas y luego venirnos otra vez abajo. Desde el año 2000, los padres de la joven se encuentran en un estado emocional "delicado". Los médicos les han aconsejado que pidan que no se convoquen manifestaciones en la localidad para recordar la desaparición de su hija, aunque ellos seguirán colocando carteles con el rostro de la joven.
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