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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Fascinante fraude

¿Conoce el lector al fotógrafo asturiano Santiago Bergson? Debería. Porque no es un fotógrafo cualquiera: su origen familiar lo hace hijo nada menos que del filósofo francés Henri Bergson, sus estudios de Física, en la Alemania de los convulsos años veinte, lo pusieron en la órbita de otros científicos con los que terminaría trabajando en el secreto Proyecto Manhattan, que dio como fruto la bomba atómica. Y qué decir de sus aficiones, de esos filmes familiares rodados con una Pathé Baby, o de esas fotografías con las cuales, ni más ni menos, intentó salvar la vida de un condenado a muerte...

Extraño personaje, don Santiago; un hombre que parece haber tenido la habilidad de estar en primera fila ante la Historia. Y, sin embargo, no es raro que el lector no lo conozca: don Santiago, nacido presumiblemente en 1905..., sencillamente, nunca ha existido, es un ser de ficción; un contemporáneo metido con calzador en una película supuestamente documental, en la que supuestamente se nos cuenta su vida (lo hace, por ejemplo, su hija que es, para mayor despiste, tres personas diferentes).

LA NIEBLA EN LAS PALMERAS

Dirección: Carlos Molinero y Lola Salvador. Intérpretes: Mirtha Ibarra, Carmen Suárez, Isabelle Clerc. Género: falso documental. España, 2006. Duración: 87 minutos.

O dicho de otra forma, que lo que cuenta La niebla en las palmeras no es un documental, sino una límpida historia de ficción. Una historia que realiza una proeza: dar cuerpo y entidad a un ser que no existió, darle unos rasgos que vaya uno a saber de quién, de quiénes eran; mostrar una obra que está construida, en realidad, mediante una brillantísima operación de montaje-manipulación en moviola. Porque el filme es lo que en el argot del oficio se llama un fake, un falso documental; un ingenioso, fascinante fraude.

Proeza

Pero es también mucho más: como cualquiera de sus homólogos, es una llamada a la atención, una puesta en cuestión de los apacibles casilleros genéricos en los que los críticos solemos meter a las películas. Aquí todo salta por el aire: nada es lo que parece y, sin embargo, al final su contenido nos ha interpelado, nos ha zarandeado, nos ha colocado ante los pequeños y los grandes momentos de la historia del siglo XX.

Esa proeza la han hecho una veterana guionista, Lola Salvador, y un joven director, Carlos Molinero; es una de las películas más extrañas jamás realizadas en España: se merece ser degustada por los amantes de curiosidades, claro está, pero también por cualquier espectador inteligente.

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